Portugal y España

Portugal y España

{mosimage}Escribo estas líneas en plena resaca electoral, dentro de dos días acaba el plazo para  establecer las coaliciones y definir la composición de las corporaciones locales.  Una buena ocasión para ver cómo la política nuevamente convoca a extraños compañeros de lecho. Aquí acabo, que esta columna no es para hablar de erotismo político, sino de cultura. A raíz del resultado de las últimas elecciones en Portugal se me ha ocurrido hablar de ciertas concomitancias históricas entre el país vecino y el nuestro. Empezaré en el futuro y el presente y acabaré en el pasado.

¿El futuro? Si, posiblemente el año que viene en las elecciones generales ganará el Partido Popular, el domingo pasado en Portugal se produjo un giro a la derecha, quedando el PSD  de Coelho a 10 escaños de la mayoría absoluta y provocando el hundimiento del PS de Sócrates.     El 25 de abril de 1974 se produjo la revolución de los claveles en el país vecino, lo que provocó la caída de Salazar e inició el camino pacífico hacia la democracia. Nosotros, año y pico más tarde y por causas de fuerza mayor, también emprendimos el mismo camino.

Si nosotros tuvimos un imperio colonial “donde no se ponía el sol” en tiempos de los grandes Austrias (Carlos I y Felipe II) durante el siglo XV y XVI, Portugal también creó otro en tiempos de Alfonso V, Juan II, Manuel I, etc. En el siglo XV conquistó Tánger, Senegal, las islas de Cabo Verde, Guinea, Ghana, parte del Congo, etc. Además de la expansión africana, iniciaron también la conquista de Oriente, en 1487 doblaron el Cabo de Buena Esperanza y llegaron al océano Índico, se establecieron en la India, Benin, Arabia, etc.     En 1494 Portugal y Castilla y Aragón firman el tratado de Tordesillas para fijar la expansión colonial de ambos reinos. Según unas bulas del papa Alejandro VI (el valenciano Rodrigo Borga / Borgia)  la línea se estableció en un paralelo situado a 100 leguas de las islas Azores, dejando la parte americana a los reinos españoles y la parte africana a los portugueses. Como los portugueses no estaban de acuerdo ambas partes pactan en Tordesillas mover la línea hacia el oeste pudiendo éstos controlar la parte oriental de América del Sur, es decir, Brasil.

Resumiendo, tanto España como Portugal consolidaron sendos imperios coloniales que les convirtieron en los países más poderosos de la época, después vinieron las vacas flacas y, en la actualidad, nuestros vecinos rescatados por la UE y nosotros tutelados de momento. Nos remontaremos algo más en el tiempo. En el siglo IX las tierras “portucalenses” constituyen un condado del reino asturleonés. En el siglo XI Fernando I de Castilla funda el condado de Coimbra con nuevas conquistas. Alfonso VI de León concedió a Enrique de Borgoña los territorios situados desde el Miño hasta Coimbra y Santarem, al morir el rey leonés el de Borgoña declaró la independencia.

Curiosidad final: En 1581 Felipe II es nombrado rey de Portugal, con lo que se consigue así la unificación ibérica, pero en 1640 se produce la rebelión de Portugal que acaba independizándose y la “Guerra dels Segadors” en Cataluña debido a la presión de Olivares para conseguir fondos destinados a la Guerra de los Treinta Años.

En fin, de aquellos polvos vinieron estos lodos.