Presupuesto vacacional
{mosimage}Uno de los objetivos más importantes de nuestras vacaciones es disfrutar del tiempo libre, descansar y relajarnos. Solemos buscar un cambio de nuestro día a día haciendo actividades menos rutinarias. Según el barómetro Ipsos, el 65% de los españoles tienen intención de salir de vacaciones. Siete de cada diez veranearán dentro del país siendo la costa el lugar preferido. La mayoría se decantan por salidas de una y dos semanas. La media del presupuesto familiar español para las vacaciones es de unos 1.800 euros, un 5% menos que el pasado año.
Al quedarnos en nuestro país bajan las alertas y, en general, sube el despiste financiero. Para ello la planificación juega un papel indispensable. Planificar unas vacaciones tiene su vertiente emocional y su parte racional. Normalmente, la primera suele tener más peso que la segunda, al final “las vacaciones sólo se disfrutan una vez al año”. Ahora bien, es justo el control de las emociones de “lo que me gustaría hacer” la razón del éxito en la planificación de “lo que puedo y debo hacer”. Relacionar vacaciones con dinero es casi un tema tabú. A pesar de ello, están muy relacionados y no suele haber vacaciones si no se pueden pagar. Las vacaciones no tienen por qué ser sinónimo de vida desordenada, consumismo y gasto descomedido. Éstas tienen que estar adecuadas al momento financiero de la familia. Y aunque algunos siguen haciendo las mismas que en el 2006 cuando ahora ganan bastante menos, es ilógico no adecuar las vacaciones al nivel de ingresos de la familia. Posiblemente haga mucho calor y “un día es un día”, pero si los ingresos son limitados, será importante saber administrarse.
Elaborar un presupuesto es la clave. Éste tiene que contemplar los gastos que queremos realizar y clasificarlos como necesarios o simples caprichos. Establezcamos qué es lo realmente importante no pudiendo evitarlo para disfrutar y eliminemos aquellos opcionales no imprescindibles. Dejaremos un pequeño apartado para gastos imprevistos, ese margen nos reducirá el estrés. El gran desafío será seguirlo sin tener que sufrir. Al final, veremos qué desviaciones tenemos y como las vamos a subsanar.
Si bien entrar en los típicos préstamos al consumo con altos tipos de interés no parece la mejor decisión en estos momentos, las compras a plazos pueden ser una solución siempre que entendamos perfectamente cómo funcionan los pagos y plazos. En todo caso, endeudarse para poder disfrutar de unas vacaciones ha de ser una opción completamente meditada que no perjudique el resto del año.
Que tengan unas felices y merecidas vacaciones, y sobre todo, bien planificadas.
Antonio Fdez Carracedo