El Turismo

El Turismo

{mosimage}    Antes de empezar el artículo de este mes, quiero recomendar la lectura del último libro que he leído, pues me ha parecido extraordinario. De hecho, lo convertiría en lectura obligada para cualquier político que se presentara a un cargo electo, ya sea municipal, autonómico o estatal.

    El libro se titula Breve Historia de España y sus autores son Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga, yo tengo una edición en dos volúmenes de Altaya correspondiente a la colección Grandes obras de Historia, pero supongo que se puede encontrar en otras ediciones.

    Había estudiado Historia de España cuando hice Magisterio en la UB, me había leído la Aproximación a la historia de España de Jaume Vicens Vives, la Historia de España de Pierre Vilar; pero esta obra me ha parecido muy completa y actual (llega hasta el año 1993), con unos análisis acertados de tipo histórico, económico, cultural, etc. y de un didactismo esclarecedor.

    Ahora vayamos al artículo que se me ocurrió mientras acababa el libro citado. Si la reforma agraria fue un tema irresoluble a lo largo de la historia de España, si por nuestro aislacionismo siempre fuimos a nivel industrial y económico a la zaga de Europa, no ocurrió lo mismo con el turismo.

    No perdimos ese tren, a partir de los años cincuenta el turismo europeo se vuelca hacia el Mediterráneo (España, Grecia, Italia y Yugoslavia). Los trabajadores europeos gozaban de vacaciones pagadas y tenían un nivel de vida desahogado.

    Pasamos de medio millón de visitantes en 1949 a seis millones en 1960 y a más de treinta y dos millones a comienzos de los 70. Con esta afluencia de divisas se pudo equilibrar la balanza de pagos y promover el desarrollo industrial del país.

    Otro aspecto importante del turismo es que los españoles de la época, aislados del resto de Europa y enclaustrados en la moral del régimen franquista, se ven influenciados y asombrados por el comportamiento social de las legiones de turistas que arriban a nuestras  costas. Hasta alguien acuñó el eslogan Spain is diferent, pero ¿hasta cuándo sería diferente?

    Por último, la entrada continua de divisa extranjera fortaleció la banca privada española, crecieron las especulaciones bursátiles y el número de accionistas en bolsa.

    Hasta aquí la parte técnica, ahora hablaré de Castelldefels y de mí. Ya he dicho que llegué a Castelldefels en 1968, venía de un barrio de Sant Adrià de Besòs (que era como decir Barcelona ciudad). Fue un impacto grande para mí llegar a un pueblo que entonces contaba con unos 13.000 habitantes, pero había muchas zonas deshabitadas (que ahora ya no lo están); ibas a jugar con los amigos al campo que estaba a cuatro pasos. También iba a la playa con mis padres y hermana los domingos.

    En la Avda. Constitución y en la Avda. Santa María te cruzabas con los guiris de sandalia y calcetines y con las guiris que no vestían como las chicas del pueblo (todo esto en plena adolescencia). Recuerdo las tiendas de souvenirs que salpicaban la Avda. Constitución con sus expositores giratorios de postales, sus flotadores, sus bolsos, sus cinturones, sus “recuerdos”, etc., donde los turistas siempre paraban a comprar alguna cosa. Qué hermosos recuerdos. En fin, dejémoslo, buenas vacaciones.