Este otoño

Este otoño

{mosimage}Cíclicamente se levantan voces opinando sobre la idoneidad en el avance de las obras de la Sagrada Familia. A mi juicio, pienso que falta perspectiva histórica y estoy seguro de que nuestros descendientes la verán de forma diferente a como nosotros la vemos ahora. No debemos olvidar que la construcción de las grandes catedrales que hoy observamos y muchas de ellas son Patrimonio de la Humanidad, fueron en su día motivo de discusión.

Últimamente, debido a compromisos con amigos, he tenido que ir varias veces a la basílica. A un primer sentimiento de fascinación, le han seguido varias visitas en donde la duda se ha apoderado de mí. Me ha dado la impresión de que toda esa grandeza y belleza indiscutibles, no tiene nada que ver con el espíritu de Gaudí, por supuesto, es una opinión personal y subjetiva de alguien poco entendido como yo, por lo que pido indulgencia a personas más ilustradas. Ya me ocurrió cuando Subirats (el cual inicialmente se opuso a continuar las obras) terminó la fachada de la Pasión llenándola de figuras simbólicas, lo que supuso una ruptura con el concepto figurativo de la fachada de la Natividad, única de Gaudí. Con el interior, consagrado en noviembre de 2010 por el papa, mi percepción es de admiración por la magnitud, pero no puedo evitar pensar que es “otra cosa”. Mis dudas se acrecientan con la proliferación de motivos frutales y florales de las otras fachadas.

La idea de construir el templo fue del librero Josep Maria Bacabella, para lo que fundó la “Asociación de devotos de San José” y compró una manzana del Eixample que le costó 172.000 pesetas. El proyecto fue encargado al arquitecto murciano Francisco de Paula del Villar, que proyectó un templo de tres naves con elementos neogóticos y un campanario de forma de aguja. La primera piedra se colocó el 19 de marzo de 1882 (día de San José). En 1883 Francisco de Paula renunció al proyecto, el cual después de varios avatares, terminaría en manos de Gaudí.

Otro punto de polémica, es su ubicación en el entramado urbano de Barcelona, cuando comenzaron las obras se encontraba en un descampado, pero pronto fue rodeada por edificios a principio del XX.  En 1905 Gaudí realizó un proyecto de ajardinamiento en forma de estrella octagonal alrededor del templo, lo que hubiera dado una perfecta visión del mismo. Por encarecimiento del proyecto, redujo el proyecto inicial a una estrella de cuatro puntas. Actualmente, sólo existen dos plazas desde donde podemos admirarla. A mi entender, lo verdaderamente fascinante es el espíritu y el ritmo, casi medieval, que impregna la obra. La fecha de la finalización de la basílica está prevista en el año 2026, por lo que alguno de nosotros es posible que lleguemos a verla finalizada. Mientras ese día llega, recomiendo hacer cola este otoño, visitarla y opinar.

Felipe Sérvulo
fservulo@hotmail.com