Historia y Economía
{mosimage}No pretendiendo alardear de historiador (que no lo soy), creo que se puede clasificar la historiografía del siglo pasado en tres grandes grupos:
– Primera, la clásica, que interpretaba la historia en función de los grandes personajes históricos y no daba importancia (o muy poca) a los factores socioeconómicos. Los de mi generación (y más las de años anteriores) tuvieron la oportunidad de conocerla en los textos académicos y enciclopedias que se usaban en las escuelas (cuando hice el BUP la cosa había mejorado bastante).
– Segunda, la marxista, que basaba el devenir histórico en los aspectos socioeconómicos dejando de lado la influencia de los personajes históricos (al contrario de la anterior); sirva como botón de muestra la Historia de España de Pierre Vilar. Fue bastante popular en la segunda mitad del siglo pasado.
– Tercera, la que yo denomino mixta y que para mí es la más completa, que tendría en cuenta tanto los aspectos socioeconómicos como la influencia de los personajes históricos que, por su fuerte personalidad, influyeron en el curso de los acontecimientos (ésta es una división de cosecha propia, para complicarse la vida se puede consultar el artículo historiografía contemporánea de la Wikipedia).
Tras este esquema simplificador, quisiera proponer algunos ejemplos ilustrativos de lo que estoy diciendo. Si aceptamos la literatura épica como fuente de conocimiento histórico y estudiamos someramente La Ilíada de Homero (si es que realmente existió), no dejará de extrañarnos que por el rapto de Helena, la esposa de Menelao, Paris provocara la legendaria guerra de Troya. Si ésta se produjo y los griegos se embarcaron en una guerra de desgaste tan importante hubiera sido por el control de los Dardanelos que dominaba Troya. Este estrecho (el antiguo Helesponto) dominaba las rutas comerciales entre Occidente y Asia.
Detrás de cada guerra ha habido y habrá intereses económicos, morirán miles (o millones) de personas para que los poderes fácticos de las naciones acrecienten su poder y su expansión.
Pero vengamos al presente, ¿ha cambiado algo? Yo pienso que en lo fundamental la especie homo sapiens no ha evolucionado mucho por desgracia, se ha tecnificado y sofisticado, se guardan las apariencias, pero en el fondo, más de lo mismo.
La Primera Guerra del Golfo (1990-1991), liderada por Bush padre para salvar al emirato árabe de Kuwait (repleto de oro negro, por cierto) de Sadam Husein y de Irak (también repleta de petróleo, qué raro), fue un anticipo de la Segunda (2003-¿?) que provocó la invasión de Irak, el derrocamiento de su líder y el reparto del petróleo para Occidente (sólo valoro las cuestiones económicas, no las políticas).
Pero aún hay más, además de la oleada de protestas con algún derrocamiento incluido que se han producido en el Norte de África y Egipto, nos quedan los casos de Libia y Siria. Occidente apoya a los insurgentes libios con intervención militar para derrocar a Gadafi (otra vez el maldito petróleo) y sólo amenazas diplomáticas para la Siria de Bashar al-Assad (que sólo tiene oro negro para el autoconsumo y compra el crudo que le falta a Irán).
Después de todo esto la pregunta es: ¿Hemos evolucionado tanto? La economía es más que nunca el motor de la historia y de las decisiones políticas de este mundo globalizado en el que estamos inmersos, queramos o no.