Los bancos de tiempo

Los bancos de tiempo

{mosimage}En estos momentos difíciles donde se cuestiona la actuación de los bancos tradicionales, están naciendo otro tipo de entidades: los bancos de tiempo. Éstos son unas asociaciones que arbitran en el intercambio gratuito de servicios por un tiempo determinado entre personas. Actualmente, existen unos veinticinco bancos de tiempo en Catalunya sin contar entidades similares como sería la legendaria Xarxa d´Intercanvi de Castelldefels, de la que todos hemos usufruido en algún momento. Estos bancos funcionan sin dinero y, normalmente, la moneda de cambio es la hora. La idea está basada en consideran el tiempo uno de los bienes más preciados, incluso, por encima del dinero. Prestas tu tiempo a otros, éste se va acumulando como si se tratase de una cuenta corriente, sería como un ahorro. Luego, puedes aspirar que otras personas te dediquen el mismo tiempo en servicios que te interesen.

De alguna forma, este fenómeno socioeconómico nos devuelve al trueque y, ante la falta de liquidez que ahora tenemos, responde perfectamente a una necesidad básica de intercambio. A veces no tenemos dinero, pero sí tenemos tiempo. Volver al canje de servicios no es una involución, sino más bien una solución buscada por muchos y usada por pocos para poder acceder a ciertos servicios. Aunque muchas personas no se lo crean, todo el mundo sabe hacer alguna cosa y, por lo tanto, tiene algo inmaterial que ofrecer; por otro lado, también necesitan pedir asistencia concreta en algún momento. No importa la edad ni la situación social, todos sabemos y si nos mueve la relación será un placer ser socio de uno de estos bancos. En todo caso, no hay que confundirlos con las asociaciones que promueven el voluntariado donde las personas están en dos niveles: unos son voluntarios y otros receptores. En los bancos de tiempo la base es la reciprocidad y las personas están al mismo nivel. Hago algo porque me gusta y para que también lo hagan por mí, sólo así se consigue una participación a largo plazo.

Inicialmente, en los bancos de tiempo todos los servicios tienen el mismo valor, para ello lo importante es que se lleven a cabo en periodos de una hora. Facilita poder contabilizar la acumulación de horas y agilizan la generación de intercambios. Una hora de clase de inglés tiene el mismo valor que acompañar a una persona al médico o hacer una compra, siempre que sea un servicio al que se le dedica el mismo tiempo.

Como homo economicus, me parece una magnífica idea y desde aquí les animo a participar en este tipo de iniciativas aprovechando las oportunidades que brindan los bancos de tiempo.