El cooperativismo está de suerte

El cooperativismo está de suerte

{mosimage}La asamblea general de las Naciones Unidas declaró este año como el Año Internacional de las Cooperativas, reconociendo así la contribución de éstas al desarrollo socioeconómico y, en particular, a su ayuda a la reducción de la pobreza, el empleo y a la integración social que generan. Aunque pueda parecer mentira, esta es la primera vez en la historia que un año se, dedica al movimiento cooperativo.
La resolución invita a todos los gobiernos a crear más ayudas para el desarrollo del cooperativismo, particularmente, las que llevan a asegurar la financiación necesaria para dinamizar la construcción de empresas. Tanto la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pretenden aprovechar esta declaración para crear campañas globales que promuevan el modelo cooperativo.

Realmente, es muy oportuno recordar al mundo que existe más de una forma de hacer negocios, además del modelo capitalista tradicional tan cuestionado en estos momentos.

Aunque trabajan en la sombra, las 300 mejores cooperativas del mundo son responsables de un volumen de negocio de 1,1 trillones de dólares, que equivaldrían a una décima economía en el mundo según la ACE, sería como la economía española. A nivel nacional, de los tres millones y medio de empresas dadas de alta, sólo unas 23.500 son cooperativas (DIRCE, INE 2009), es decir, sólo el 0,7 % de las estructuras empresariales son cooperativas y la gran mayoría se reúne bajo la condición jurídica de sociedades limitadas y personas físicas autónomas. Es evidente que no es la primea opción escogida por los emprendedores.

Ahora bien, este modelo va mas allá de ser una forma jurídica diferente a las clásicas como pueden ser la sociedad anónima o limitada. No es evidente que las cooperativas triunfen porque se han de compartir una serie de valores de democracia, solidaridad, equidad, autoayuda, autorresponsabilidad y transparencia. Tomar decisiones colectivas, tener los mismos derechos y obligaciones, compromiso con los demás, cooperar en la solución de problemas, involucrar a los trabajadores en el capital y reparto salarial equilibrado no suele estar en la mente colectiva. En todo caso, habrá que entrenarse en Mondragón y ver cómo se conjugan las aspiraciones individuales con la colectiva empresarial. Nada fácil.
Sin duda, este es uno de los mayores reconocimientos al movimiento cooperativo y deseo que se demuestre que es un modelo empresarial alternativo y nazcan muchas cooperativas.

Antonio Fdez Carracedo