Un gobierno municipal paralizado

Un gobierno municipal paralizado, un precio muy caro para Castelldefels

{mosimage}El alcalde del PP ha cruzado todas las líneas rojas de lo que debe ser el servicio a la ciudadanía. En enero cesó al concejal de Hacienda de CiU acusado por una trabajadora municipal de acoso laboral; dos meses después lo reincorpora al gobierno como concejal de Universidades y Adjunto a Deportes y con sueldo a cargo de las arcas públicas. Como si pensara que estas semanas transcurridas hubiesen sido suficientes para que Castelldefels hubiese echado tierra sobre un suceso vergonzante.

Conviene recordar que el alcalde cesó el concejal de CiU después de que el Comité de Seguridad y Salud Laboral, que él mismo había convocado para tomar una decisión, le entregara el informe de conclusiones. Ese informe sigue plenamente vigente. Entonces, ¿por qué el alcalde le abre de nuevo las puertas del equipo de gobierno? ¿Para que CiU apoye el presupuesto municipal de 2012, un presupuesto restrictivo, que recortará servicios públicos y generará más paro?

De nada le ha servido al alcalde disfrazar esta decisión como una reorganización del gobierno municipal (por cierto, ¿cuándo van a acabar de organizarse? ¡en nueve meses ya llevan tres reorganizaciones!). Todo el mundo ha podido ver cómo de lo que se trata es de mantener las cuotas de poder entre PP y CiU, mientras los concejales de AVVIC ven el espectáculo en primera fila sin decir nada.

La consecuencia es que ahora hay 9 concejales de PP y CiU, además, de 5 asesores, cobrando del Ayuntamiento. Una tomadora de pelo a la ciudadanía y al personal municipal, porque mientras eso ocurre se recortan servicios públicos y se van al paro 23 trabajadores del Ayuntamiento.

Castelldefels no merece tener un gobierno paralizado, que se dedica a un continuo cambio de cromos; que se limita a sacar de vez en cuando algún conejo de la chistera para distraernos, como la auditoría que aún no nos han entregado pese a haberla pedido desde hace un mes; que se empeña en hacer de oposición a la oposición, como cuando crítica la gestión anterior del teatro después de llevar más de dos años funcionando; que no se avergüenza de atribuirse una y otra vez el mérito de sus antecesores, como cuando dice que ha hecho un gran esfuerzo para equipar la biblioteca, y simplemente han tenido que comprar 15 ordenadores porque el resto ya estaba fijado en el presupuesto.

Mientras tanto, cada día que pasa es un día perdido para solucionar los problemas que preocupan a la ciudadanía. Esta lucha por aferrarse a la silla del poder acabará suponiendo un precio muy alto para Castelldefels, un precio que no nos podemos permitir.