Espíritu emprendedor

Espíritu emprendedor

{mosimage}Imagínense que un sábado por la noche se le estropea el ordenador y tiene que hacer un documento importante para el lunes. ¿Qué haría? Salir corriendo a pedir ayuda a un amigo o familiar. La otra opción sería llamar a alguien que lo venga a arreglar, pero ¿dónde vamos a esas horas?, ¿a quién llamamos un sábado por la noche? De hecho, parece tan poco factible que encontrásemos ayuda profesional en esas condiciones que esta opción la descartaríamos rápidamente, es casi imposible.
Sorpresa. Llamé a una empresa que me dio asistencia telefónica y ante la gravedad del problema vinieron a casa. Sí…, a mí también me pareció inverosímil, y casi no me lo creía. En un par de horas arreglaron el ordenador y, aún más, la actitud era totalmente positiva y de agradecimiento por acordarme de ellos.
El técnico me dijo que la empresa les iba muy bien y estaban creciendo bastante en la comarca. La verdad es que no me extraña; están dando solución a necesidades en cualquier situación de horario. Ese es su valor añadido y su gran diferencial. ¿Quién dijo que en esta época no se podría montar una empresa de asistencia informática y llegaría a funcionar?

Últimamente, el número de autónomos se ha incrementado mucho. Tanto aquellos autónomos que tienen empleados a su cargo como los que no reflejan asalariados o trabajan como profesionales independientes. Estos datos son esperanzadores y la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) está influyendo para que se les ofrezcan más ayudas, incentivos, acceso a capital riesgo, préstamos participativos… Ahora bien, habría que analizar si este crecimiento es por necesidad o por convicción, y aunque la necesidad agudiza los sentidos, es importante que se despierte y se cultive el espíritu emprendedor. Si no es así, la tasa de fracaso es demasiado alta.

Sin duda, más autónomos, significa más capacidad de generar empleo y actividad económica. Los empresarios son agentes imprescindibles para el crecimiento y para la creación de empleo.

Cada día me consultan más emprendedores sobre la viabilidad de sus ideas y, sinceramente, la gran mayoría son buenas. Pero hay dos aspectos capitales a destacar y que pocas veces son la esencia de la idea: la innovación respecto a lo existente y las ganas de competir en un mercado difícil. La actividad emprendedora con éxito revertirá en beneficio de la sociedad.

Fomentar ese espíritu emprendedor es una tarea educativa, social y sobre todo familiar. Todos debemos asumir un papel activo para que emprender no se vea como la última posibilidad, sino como la primera opción de desarrollo profesional.