Ilia Ehrenburg
{mosimage}Ilia Ehrenburg (1891-1967) fue un escritor ruso (novelista, periodista y poeta) de origen judío. Fue corresponsal de varios periódicos rusos en París y uno de los más prestigiosos representantes de la literatura soviética. En 1942 recibió el premio Stalin de literatura. Estudió castellano y siempre quiso visitar España, lo hizo en 1926 y, posteriormente, en 1931, recién estrenada la Segunda República española. Escribió dos libros sobre España: España, República de trabajadores (1932) y No pasarán (1936).
El libro que acabo de leer es el primero. Desde un punto de vista político critica a la naciente República como él mismo dice en el prólogo, de forma apasionada, pero tal vez injusta. Critica a los socialistas y a los anarquistas, a unos por pactar con la burguesía y los terratenientes en contra de los intereses de los obreros y campesinos; y a los otros por considerarlos o candorosos o violentos. Pone de manifiesto la conocida desavenencia entre socialistas, anarquistas y comunistas, que fue una de las causas, entre otras muchas, de la derrota republicana en la Guerra Civil. Hasta aquí la sinopsis política, ahora intentaré entresacar cuestiones históricas que aparecen en el libro, que es lo que me interesa.
Cuando habla de Madrid dice que los “señoritos” llevan los zapatos siempre relucientes a base de pagar al limpiabotas y le provoca amargura el contraste de que muchos niños vayan por la calle descalzos.
Las tres cosas que más le gustan de España son: El libro del buen amor del Arcipreste de Hita, El Quijote de Cervantes y los cuadros de Goya. Opina que estos tres artistas son los que mejor han sabido reflejar en sus obras la realidad sin paliativos de España.
Cuenta que la aspiración de cualquier español con instrucción es la de convertirse en empleado del Estado y que cuando se produjo el cambio de la Monarquía a la República todos se proclamaron republicanos de toda la vida.
Muchas de las cosas de las que habla en el libro y que aquí sería imposible reproducir pretenden demostrar que la joven República produjo un cambio en los mandos políticos y de gobierno, pero no supuso ninguna mejora para el obrero y el campesino, ya que los terratenientes y los burgueses seguían ostentando el poder económico.
Comenta a menudo la diferencia entre las zonas urbanas y rurales, los rascacielos en contraste con las casas de adobe de los pueblos. Otro tema recurrente es el de la falta de una reforma agraria en la naciente República. El libro es de 1932, pero no se llegó a hacer nunca. Dice que es más fácil cambiar los nombres de las calles que repartir la tierra entre los campesinos.
En fin, las críticas se extienden también al analfabetismo, al cierre de sindicatos por parte de las autoridades republicanas, al empleo de las fuerzas del orden para reprimir huelgas, etc. Aquí dejo el 1932 y vuelvo al presente.
Han pasado 80 años y las cosas han cambiado mucho, el mundo ha cambiado: La globalización económica, internet, la dictadura de los mercados financieros, los rescates que no son rescates. Este capitalismo salvaje en el que estamos inmersos y esta dictadura de los mercados financieros no nos llevará a la situación que describe Ehrenburg, pero lo que está claro es que cada vez habrá menos ricos y más pobres. Algunos economistas preconizan la búsqueda del crecimiento cero, ¿será ésta la solución?