Alzheimer, arrugas, cine
{mosimage}El próximo 27 de septiembre se proyectará en la Biblioteca Central, con motivo del día internacional del Alzheimer y organizado por AFA-Baix Llobrgat, “Arrugas”, una película de Ignacio Ferreras realizada a partir del cómic de Paco Roca (Premio Nacional de Cómic 2008). Es esta una película cuanto menos curiosa: es cine de animación hecho en España, que ya sabéis que se prodiga poco el género en nuestro país, pero es que además es cine para adultos, lo cual la hace aún más peculiar; recibió dos Goyas en la última edición: mejor película de animación y mejor guión adaptado (este último galardón es la primera vez que se le otorga a una película de animación); y trata el tema del alzheimer desde una perspectiva humana, de manera sencilla pero efectiva y, sobre todo, muy cercana, con verdadero cariño por lo que se cuenta. {mosimage}Algunos conocedores del cómic original encontraron la adaptación algo floja y consideraban que se habían desaprovechado algunos aspectos, y que algunas variaciones no eran demasiado acertadas (poner como argentino a uno de los personajes, p.e.). Para mí, que no conozco las historias gráficas de Paco Roca, me pareció que el film tiene un gran encanto, que se ve con gusto y, sobre todo, es una excelente excusa para introducir el tema de la demencia, de la vejez y algunas de sus problemáticas. “Arrugas” no es ni será la película definitiva sobre el alzheimer, pero sí es una cinta necesaria y un buen producto, tanto a nivel técnico, como cinematográfico y de contenido.
Para hablar sobre el alzheimer, seguro que los organizadores del acto barajaron la posibilidad de pasar “Bicicleta, cuchara, manzana” , un documental dirigido por Carles Bosch, que seguro que es más popular al tener como eje central a Pasqual Maragall y que también recibió un Goya, en este caso al mejor documental de 2012.
“Bicicleta…” es más didáctica que “Arrugas” pero algo menos universal; a aquella le corta las alas el gran peso de su protagonista y, finalmente, resulta más un documento sobre su figura central que sobre su situación y su enfermedad. He de reconocer que en su día me gustó pero, ahora, tras sufrir en propia carne las peores consecuencias del alzheimer en mi propia familia, se me antoja una producción un tanto condescendiente, demasiado blanda, demasiado limpia y demasiado bonita.
Y es que la película que se acerque a la terrible experiencia de un padre o una madre que no te reconoce, que te mira con un odio enorme que no sabes ni de dónde sale ni a quién va dirigido, que desea agredirte porque se siente terriblemente agredido/a, o que te culpa de males y desgracias de los que no tienes ni idea de su naturaleza y origen…, esa película será, digo, algo tan cercano al terror psicológico como lo es una terrible pesadilla que no se acaba tras el sueño. El protagonista de este film, sin embargo, no sería el enfermo sino su cuidador y el malo (desde luego) no será el paciente sino la situación que la enfermedad genera.
“Arrugas” no trata en profundidad del día a día (noches incluidas) de quien padece alzheimer y de quien cuida al enfermo, pero sí que es una gran oportunidad para hablar de ello y, si es necesario, echar una mano.
Fernando Lorza