Resiliencia
{mosimage}Unos padres avalaron a su hijo para que empezase un pequeño negocio. A pesar del esfuerzo dedicado, no tenía suficientes clientes y después de unos meses se vio obligado a cerrar. Para pagar a los proveedores y devolver el préstamo que pidieron, tuvieron que vender la vivienda donde vivían. Aun así, les quedaron bastantes deudas por saldar. Nunca pensaron que se verían en esta situación traumática y, después de las primeras tensiones que les creó pasar de una posición cómoda a la de verse literalmente arruinados, se pusieron a trabajar más que nunca sin desaprovechar ninguna oportunidad que les surgía. Su propósito era ahorrar para pagar esas deudas que les causaban mucho estrés. Después de varios años y con mucho esfuerzo, se recuperaron y volvieron a la normalidad. Confiesan que fue una gran lección que no han olvidado.
La psicología positiva definiría esta familia como seres altamente resilientes. Decidieron no rendirse y actuar sin contratiempos. La resiliencia viene del latín resilio, que significa rebotar o volver de un salto. En realidad, es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y, en el mejor de los casos, transformarse positivamente. Sin duda, la resiliencia es una fuerza interna, tanto psicológica como biológica, que tienen ciertas personas que hacen que se crezcan ante la desdicha. Como decía Viktor Frankl, “el hombre que se levanta es mas fuerte aún que el que ha caído”.
Hoy en día, la adversidad económica general trae problemáticas que crean tensión y desequilibrios individuales, muchas veces no buscados conscientemente. Cuántas veces hemos visto que ante una problemática dos personas reaccionan de forma totalmente diferente; uno lo ve como una oportunidad y otra como un problema. Unos salen fortalecidos y otros se hunden para siempre. Ante cualquier situación, lo único que está en nuestras manos es la actitud que tenemos ante ésta y la fuerza y velocidad con la que reaccionamos. Nadie puede cambiar los hechos, pero si nuestra forma de afrontarlos. Parafraseando a Shidhartha, “somos es el resultado de lo que pensamos”.
Esa capacidad de superación está muy ligada a la autoestima y al pensamiento positivo que nos han inculcado desde pequeños. Si estamos acostumbrados a lidiar constantemente con desafíos y, por otro lado, somos personas creativas, será más fácil buscar soluciones alternativas a la problemática económica que podamos tener.
En nuestra faceta de Homo Economicus, tenemos que ser resilientes, soportando las perturbaciones del sistema económico de la forma más natural posible y reaccionando rápidamente. Si no lo somos, tendremos que entrenarnos.