En el momento actual es fácil dejarse arrastrar por el panorama social y económico quedándote invadido por un pesimismo existencial. Resulta que en nuestro pensamiento, podríamos decir que confluyen dos perspectivas, una es la del Yo Crítico, y otra es la del Yo Capaz, ambos cohabitan en todas las personas. Es básico ser consciente del lugar que juega cada uno de ellos en nuestra actitud frente a la vida, ya que estos dos Yoes no acostumbran a convivir apaciblemente. La armonía entre los dos Yoes solo se produce cuando la mente está en calma y equilibrada.
El Yo crítico es pésimo para nuestro funcionamiento diario, es el que siempre nos recuerda todas las dificultades que existen para que no se consigan los objetivos, siempre está pendiente de todo lo que falta, en lugar de todo lo que tenemos, es el que no promueve oportunidades y, en definitiva, es el que sentencia agónicamente nuestra vida y crea pensamientos del tipo: ” como no hay trabajo…, yo no voy a encontrar” , ” tú no tienes suerte…”, ” mi novio me va a dejar …”, ” siempre estaré mal porque la gente no cambia…”., ” eres un inútil …”. Este Yo le dice al otro lo que tiene que hacer o sentir, y el Yo Capaz, el de las sensaciones y emociones, se deja influenciar por este Yo crítico y Egoico. El Yo Crítico es el que habla y el otro Yo es el que actúa. Por ello, hay que intentar calmar esa voz interior, que en muchas ocasiones contamina la espontaneidad que nos conduciría al bienestar. El Yo Capaz ofrece una apariencia de ser más débil, pero en realidad se convertiría en más potente, cuando despliega sus aptitudes y consigue que todo el Yo Critico se revierta. Si nos observamos en nuestro día a día, constataremos que estamos todo el tiempo pensando y que mantenemos una especie de diálogo interno entre ambos Yoes. Uno dice (Yo Capaz): “debería cambiar de trabajo” y el otro responde (Yo Crítico): ” no es el momento, ya que no debo arriesgarme a perder mi seguridad actual”…, y cuando no aparece una excusa, aparece otra. ¿Por qué no haces este ejercicio? Toma conciencia de qué es lo que te vas diciendo durante el día a ti mismo y de cómo te respondes. ¡Detecta tu discurso interno! En definitiva, al final lo que ocurre es que uno cree cada vez menos en sí mismo, a causa de los miedos promovidos por este Yo Critico, construido de temores y, entonces, quedas absolutamente a la deriva de lo que ocurre en el panorama social, sin atreverte a diferenciarte del resto de personas con las que coexistes. Así, te vas alejando de todas las posibilidades de mejora personal que podrías tener, porque no consigues construir ninguna confianza en ti mismo. La rutina es dañina, aunque a mucha gente le ofrece una aparente seguridad, debido a que si siempre pasa lo mismo, pareciera que pueden controlar la aparición de problemas; en definitiva, lo que pasa es que dejan de vivir nuevas experiencias y oportunidades por no sentirse capacitados para soportar el necesario sufrimiento derivado de las dificultades.
El aprendizaje emocional surge de superar situaciones dolorosas; ello te fortalece y te permite observar tu capacidad de resolución de conflictos. Del bienestar, no surge aprendizaje emocional, solo tranquilidad. Así deberíamos entender el sufrimiento como una oportunidad de crecimiento personal. Los miedos son el único talón de Aquiles que posee la mente humana, y además NO SON UNA REALIDAD, solo una sensación irracional asociada a un pensamiento distorsionado. La persona que tiene estos miedos detectados y controlados vive feliz en su mundo de posibilidades. Para conseguirlo, solo es necesario ser consciente de que tu forma de pensar crea tu realidad, y darte cuenta de que cada persona puede elegir cómo pensar y cómo no hacerlo.
Debes decidir identificar y detener paulatinamente a tu Yo Critico, transformándolo en un Yo Crítico posibilitador, uno que sea capaz de animar al otro Yo, y así verás aumentada exponencialmente tu perspectiva.
Mónica Dosil
Psicóloga
Isep Clinic
Dr. Fleming 26-28, 1º 2ª