Cinemes metropol y “El ladrón de palabras”

Suele ocurrir que cuando estamos sanos, damos por supuesto que ese es nuestro estado natural. Si, por desgracia, enfermamos de gravedad, entonces es cuando verdaderamente valoramos lo que hemos perdido. Eso puede pasar si la crisis, el nuevo IVA y la poca atención que, en general, ponen nuestros conciudadanos, hacen que el cine Metropol desaparezca, entonces nos quejaremos y a los que nos gusta realmente una buena película, tendremos que volver a coger el tren e irnos a Barcelona, ya que la programación que hace la gran superficie comercial de nuestro pueblo, más parece un castigo que una alternativa.

Este cine se inauguró el 30 de octubre de 1998 en el lugar en que estaba el viejo cine de verano Pineda, a donde había ido muchas veces con mis hijos a los que he intentado inculcarles el gusto por ir a una sala de proyección y no quedarse a ver cine desde el sofá. Era todo un rito ver la película y, simultáneamente, comerse un bocadillo de tortilla en aquellas noches veraniegas, donde tenías las estrellas por techo. El nuevo cine que se construyó en su lugar vino a completar la oferta que entonces había en el pueblo, donde sólo teníamos en invierno una única sala, la del Cine Plaza, tristemente desaparecido.

Desde el primer momento, “el Metropol” se especializó en un tipo de cine alternativo: cine independiente americano, cine europeo, español, australiano, iberoamericano, canadiense y asiático.

Es la ÚNICA sala del Baix Llobregat con este tipo de programación y si hasta  ahora ha sobrevivido, ha sido, en gran parte, por el esfuerzo y amor que le ponen sus propietarios, Cinema Paradiso está en el ADN de ellos. Dispone de dos magnificas salas de 112 y 222 butacas respectivamente y muchas veces me acerco a él sin saber exactamente qué película voy a ver, porque sé que en su oferta habrá algo que me interese. Eso me ocurrió la última vez y vi, para mi suerte, una película que si les hubiera hecho caso a los críticos, no hubiera visionado, se trata de “El ladrón de palabras”. Para mí, una película fascinante, una historia de historias, un juego como de  matrioskas, donde las propias historias son las protagonistas y estas nos hacen reflexionar sobre lo difícil que es borrar el pasado; ver la vida a través de los ojos del escritor y cómo éste se ve en la “obligación” de crear: “Un escritor de éxito lee su nueva novela ante una multitud de entregados admiradores. En ella se narra la historia de un escritor fracasado que tiene la fortuna de encontrar un manuscrito. Lo publica como suyo y obtiene un éxito espectacular que lo convierte en uno de los mejores escritores de su tiempo. El autor del manuscrito resulta ser un anciano que lo escribió durante su juventud, cuando estuvo destinado en París trasla Segunda GuerraMundial, época en la que encontró al amor de su vida”.

Cine norteamericano que te hace pensar y disfrutar de grandes diálogos y demuestra que no todo son efectos especiales. Tipo de cine que, de momento, podemos contemplar en “el Metropol”. Si perdemos esa oportunidad para siempre, estoy seguro de que nos lamentaremos. No demos ocasión a ello, poder ver una buena película en Castelldefels preserva, entre otras cosas, nuestra salud intelectual. Porque si vamos dejando de usar el cerebro, igual le damos gusto a nuestros actuales gobernantes, estatales y autonómicos, que “tanto monta, monta tanto”.

Os deseo unas felices fiestas y que 2013 sea benigno.

Felipe Sérvulo

fservulo@hotmail.com