El Fin del Mundo

Quizás las lectoras y los lectores no puedan leer este artículo en La Voz porque tenían razón los apocalípticos que interpretaron que el cambio de ciclo pronosticado por los Mayas, acabaría con este mundo nuestro.

 

Espero que no acierten respecto al fin del mundo porque me fastidiaría mucho desaparecer de éste y marcharme con el pesimismo y mal rollo que destilo últimamente. No sería una buen comienzo en el más allá, creo.

 

Deseo que los astrólogos Mayas acierten respecto a la conclusión de un período que ha estado marcado por la especulación y enriquecimiento de unos pocos echando la culpa al resto con frases tramposas del tipo “habéis vivido por encima de vuestras posibilidades”, y pervirtiendo el lenguaje con expresiones como “reestructuración del gasto” y “optimización de la gestión pública” cuando en realidad son, respectivamente, recortes y privatizaciones.

 

Este nuevo ciclo debería acabar con la pobreza, pero sobre todo con la idea liberal de que las personas pobres lo son bajo su responsabilidad y por voluntad propia; y asumir que los pilares del estado de bienestar (sanidad, educación, servicios sociales,…) son incuestionables e inversiones que benefician a todos y todas, y descartando de una vez por toda la burda adaptación del Tea Party que reza: “Menos administración, menos prestaciones, menos impuestos”.

 Pues bien, espero expectante a que llegue el 21 y comience esa nueva era, aunque  no me voy a quedar de brazos cruzados, sino empujando con todas y todos los que estén dispuestos a provocar un cambio de ciclo…, por si acaso los Mayas se equivocaron en los cálculos…

 

Carme Sánchez Martín