EL DECAMERÓN

Sí, ya sé que tendría que hablar de la corrupción política, pero ya me he desahogado en el Facebook y el Twiter y no voy a hacerlo aquí también. Sólo un apunte, a nuestros abuelos les tocó vivir la Guerra Civil, a nuestros padres la posguerra y a nosotros el júbilo de la Democracia. Lástima que algunos de nuestros políticos se hayan encargado de desencantarnos del sistema político menos malo de todos los conocidos. Y por si fuera poco, vivimos un tristísimo presente con un mundo globalizado y los mercados financieros y el capitalismo salvaje controlando la política de los gobiernos y, por añadidura, cargándose nuestro estado del bienestar que tanto nos costó conseguir. Bueno, ahí lo dejo.

            Giovanni Boccaccio (1313-1375) fue un humanista y escritor italiano que aunque escribió alguna de sus obras en latín, es, junto a Dante y Petrarca, uno de los padres de la literatura en italiano. Aunque escribió muchas más obras, su fama se debe al Decamerón, obra redactada entre 1349 y 1351. Decamerón proviene del griego y significa diez días.

            La obra está compuesta por cien cuentos narrados en diez jornadas, en cada jornada un grupo de siete chicas y tres chicos cuentan un cuento cada uno. Estos diez jóvenes huyen de la ciudad de Florencia que está siendo asolada por la peste en 1348 y se van a las afueras  y viven en un entorno de hermosos palacios, jardines, valles, lagos, etc. Los tres principales temas que tratan los cuentos se refieren al amor, a la fortuna y a la inteligencia humana.

            A lo largo del libro hay alusiones constantes a la forma de vida de los curas y frailes de la época que siguiendo el refrán “Una cosa es predicar y otra dar trigo” viven de manera opulenta, tienen relaciones sexuales, visten bien, comen mejor, etc., cuando recomiendan un modo de vida contrario a todo ello. Esto me hace recordar  El libro del buen Amor (1330-1343) del Arcipreste de Hita, prácticamente contemporáneo del Decamerón.

            En la mayoría de los cuentos los personajes son nobles o mercaderes adinerados, en muy pocos casos los personajes son de clase baja. Como anécdota diré que en un cuento aparece un rey Alfonso de Castilla y en otro un Pedro de Aragón.

            Después de leer los cien cuentos en un ejemplar de la obra editado en 1963 que cayó en mis manos por casualidad, en mi modesta y subjetiva opinión podía haber suprimido algunos cuentos ya que hay varios en los que el argumento se repite. En una de las jornadas se dedica a contar historias de amor con final trágico y en otra con final feliz. El autor dedica el libro a las mujeres de clase social alta, que son las que tienen el tiempo de ocio suficiente para dedicarse a leer sus cuentos. El tema principal, por ello, es el del amor y el de la infidelidad matrimonial tanto por parte de hombres como de mujeres.

            Boccaccio defiende la superioridad sexual de las mujeres y las alaba continuamente, lo que no es obstáculo para que aparezca cierto machismo. Al estar dividida la obra en cuentos breves, es de amena lectura y no cansa.