Fecha de caducidad

La desaparición de la fecha de caducidad de los yogures por la de consumo preferente, me está provocando cavilaciones varias y diversas.

 No sé si a partir de ahora seguiré estirando mi brazo hacia la parte trasera de las neveras del supermercado para intentar llegar a los yogures que caducan más tarde. Supongo que también sería lo propio alargar la vida de mis yogures naturales caseros producidos con la yogurtera vintage. Presumo de que, en muchas casas, se acabará el rictus de desagrado del individuo que tiene que zamparse el yogur de la esquina de la nevera porque ya no estará caducado, sino olvidado o ignorado.

 Me preocupa que la expresión “fecha de caducidad” caiga en desuso porque la absorba “consumo preferente”, porque el habla tiene esas cosas… ¿Se imaginan diciendo en un funeral “es que todas las personas tenemos nuestro consumo preferente”, en una ruptura sentimental “lo siento, pero también el amor tiene consumo preferente” o en un titular periodístico “los políticos también deben tener consumo preferente”?

 Quizás le encontramos el punto a la nueva expresión “yoguresca” , pero me da que no va a dar tanto juego… Eso si no se amplía a otros alimentos y entonces la utilicemos más lingüísticamente, aunque nos genere más dudas sobre cuál es el límite de consumir algo de manera preferente.

 Y espero que no cunda el ejemplo para otros productos como por ejemplo los preservativos…, pero me da que el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, no va a realizar declaraciones tan íntimas y personales aconsejando sobre su uso más allá de la fecha de caducidad de los mismos.