EL QUEVEDO SATÍRICO

D. Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) es, en mi modesta opinión, uno de los mejores escritores de las letras españolas de todos los tiempos. Su biografía es muy interesante, pero prefiero hablar de su poesía, en concreto de la satírica, que es la que más se aviene con los tiempos que corren ahora. Como anécdota, contaré que vivió durante los reinados de tres Felipes (II, III y IV) y que fue desterrado a la Torre de Juan Abad (Ciudad Real), de 1628 a 1639, al caer en desgracia su protector el duque de Osuna y que en 1639 fue detenido con gran aparato policial al ser acusado de espía de Richelieu y encarcelado durante cinco años en el Convento de San Marcos de León (que es en la actualidad un hostal que os aconsejo visitéis si vais por aquellas tierras). Murió en septiembre de 1645, al poco tiempo de salir de la cárcel.

            Además de El Buscón, magistral novela picaresca y otras obras en prosa, fue principalmente poeta. Escribió poemas de todo tipo, amorosos, satíricos, morales, etc. Pero voy a hablar sólo de los satíricos. Se le conocen veinticinco letrillas satíricas, la más conocida en la actualidad es Poderoso caballero es don dinero, musicada y cantada por Paco Ibáñez que podéis escuchar en el Youtube fácilmente. Empezaré por ésta: Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña;/ viene a morir en España / y es en Génova enterrado. / Y pues quien le trae al lado/ es hermoso aunque sea fiero, / poderoso caballero es don Dinero. Aquí se refiere a que todavía llegaba oro y plata de América que pronto desaparecía en manos de los banqueros a los que la Corona debía mucho dinero que se gastaba en la multitud de guerras en las que España estaba inmersa. Los tercios de Flandes consumían grandes recursos. Ya en tiempos de Felipe II empezaron las primeras quiebras financieras. Prosigamos: Por importar en los tratos / y dar tan buenos consejos, / en las casas de los viejos gatos le guardan de gatos. / Y pues él rompe recatos  / y ablanda al juez más severo, / poderoso… En esta estrofa es interesante ver el juego de palabras que hace con gatos, en el primero tiene el significado de bolsa para guardar el dinero y en el segundo se refiere a los rateros, ladrones.

            Pasemos a otra letrilla dedicada a un mosquito: Ministril de las ronchas y picadas/ mosquito postillón, mosca barbero,/ hecho me tienes el testuz harnero, / y deshecha la cara a manotadas. Harnero significa criba. Una estrofa que se supone está dedicada a Góngora, su enemigo literario por excelencia: Érase un hombre a una nariz pegado, / érase una nariz superlativa, / érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado. Alquitara significa alambique y peje pez, por supuesto. Y sigue: era un reloj de sol mal encarado, érase un elefante boca arriba/ érase una nariz sayón y escriba, / un Ovidio Nasón mal narigado. Sayón significa verdugo y, en este caso, feo de rostro.

            Uno dedicado a la Celestina: No quiso en el cielo entrar / a gozar de las estrellas, / por no estar entre doncellas / que no pudiese manchar. Y éste a un avaro: Murió con cien mil dolores, / sin poderlo remediar. Tan sólo por no gastar, / ni aun gasta malos humores. Aquí se refiere a los humores corporales que se creían que regían el cuerpo y la salud.

            Bueno, espero que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho escribiéndolo. Que no sólo el fútbol nos distraiga de la crisis, la literatura también sirve, sobre todo si es satírica, como en este caso.