Pensar dos veces ya es bastante
Confucio
Leo en una revista científica que “ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para la salud mental”. El estudio que lo demuestra llega a esta y otras interesantes conclusiones después de analizar más de 32.000 tests que realizaron personas de 127 países, así que se podría decir que la muestra es lo suficientemente importante como para tomarlas en consideración.
Las rumiaciones y también el sentimiento de culpa son procesos psicológicos que, por lo que indica la investigación, pueden llegar a ser más negativos incluso que el hecho que los ha producido. Es decir, que es peor estar dando vueltas y vueltas al problema o trauma en nuestra cabeza que la situación conflictiva o culpabilizadora en sí.
Está claro que no podemos borrar de nuestra mente hechos traumáticos ocurridos en el pasado, pero sí podemos intentar cambiar los pensamientos que lo acompañan. Y necesitamos solventar problemas continuamente, pero es mejor utilizar estrategias más eficaces que la de marearlos sin parar en nuestro cerebro.
Esta tácticas cognitivas que se proponen cobran más importancia todavía cuando la resolución de la situación no depende en buena parte de nosotros, sino de otras personas, circunstancias, coyunturas… Y precisamente estamos en un momento en el que muchas personas tienen esa sensación de que el control de determinadas cuestiones está fuera de su alcance.
Así que no sólo tenemos que evitar, tanto como podamos, las relaciones tóxicas (de pareja, laborales…), también tenemos que apartar esas rumiaciones tóxicas que nos provocan malestar y nos pueden abocar a un estado depresivo o ansioso. Nuestra salud mental depende de ello.