Hay veces en que coinciden en el tiempo una serie de circunstancias aciagas. Eso ha ocurrido en este enero de 2014, en el que en el transcurso de pocos días nos trajo la noticia del fallecimiento de tres ilustres poetas.
El 14 de enero falleció Juan Gelman en México D.F.:
“Si me dieran a elegir, yo elegiría / esta salud de saber que estamos muy enfermos, / esta dicha de andar tan infelices. / Si me dieran a elegir, yo elegiría / esta inocencia de no ser un inocente, / esta pureza en que ando por impuro. / Si me dieran a elegir, yo elegiría / este amor con que odio, / esta esperanza que come panes desesperados. / Aquí pasa, señores, / que me juego la muerte”
Nuestro poeta nació en Buenos Aires en 1930 y fue el fue el tercer hijo de un matrimonio de inmigrantes ucranianos. Estudió en el Colegio Nacional de su ciudad natal y comenzó estudios universitarios de química, los cuales abandonó al dedicarse a la poesía. En 1954 trabajó como redactor en “Nuestra Palabra” y en el diario comunista “La Hora”. Tuvo que marchar al exilio en 1975 debido a la dictadura militar, residiendo en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México. En 1988 regresó a la Argentina. En el año 2000, después de una tenaz búsqueda, encontró e identificó a su nieta a la que nunca conoció tras la desaparición y asesinato de su hijo y nuera. Apoyó hasta el final de su vida a movimientos de protesta, como el 15-M de España o el 132 en México.
El 26 de enero, nos despertamos con la noticia de otro poema muerto: José Emilio Pacheco (Ciudad de México 1939):
“No me deja pasar el guardia. / He traspasado el límite de edad./ Provengo de un país que ya no existe. / Mis papeles no están en orden. / Me falta un sello. / Necesito otra firma./ No no hablo el idioma. / No tengo cuenta en el banco. / Reprobé el examen de admisión. / Cancelaron mi puesto en la gran fábrica. / Me desemplearon hoy y para siempre. Carezco por completo de influencias. / Llevo aquí en este mundo largo tiempo. / Y nuestros amos dicen que ya es hora / de callarme y hundirme en la basura.
José Emilio fue poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano, cuya cultura literaria y sensibilidad poética lo convirtieron en uno de los miembros más destacados de la llamada Generación del Medio Siglo. Estudió derecho y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y allí comenzó a colaborar con la revista “Medio Siglo”. Más tarde formó parte de la dirección del suplemento “Ramas Nuevas” de la revista “Estaciones”.
Y el día 30 falleció en Madrid Félix Grande (Mérida, 1937):
“La prisa despareja con que miro tu piel / la premura apretada con que altero tu cuerpo / y este desasosiego en que empapo mi lengua / para hablarle a tu carne y lamer a tu voz / son como ávidas gotas de estaño compasivo / que busca aminorar las grietas de la muerte.”
Se le considera uno de los más destacados autores de la generación nacida durante la Guerra Civil. Cuando tenía dos años, su familia se trasladó a Tomelloso. Posteriormente, fijaría su residencia en Madrid. Ejerció diversos empleos antes de abandonar su trabajo como guitarrista flamenco para dedicarse a la literatura. En 1961 entró a trabajar en la revista literaria”Cuadernos hispanoamericanos” de la que se convertiría en director.
Su carrera literaria comenzó al recibir el Premio Adonais de Poesía en 1963.