Al PP de Castelldefels le dan miedo las palabras. Al alcalde, el Sr. Manuel Reyes, y lo que queda de su equipo de gobierno, aún más. Les asustan las palabras: tránsfuga, mentira, ingobernabilidad, corresponsabilidad,derecho constitucional, plusvalía, reforma irracional, estafa…
Todas ellas les asustan porque son verdad. La realidad los deja paralizados y solo saben responder usando mal otras palabras o riñendo como si fueran nuestros padres, a la antigua, y no responsables del devenir de una ciudad. Nos acusan de demagogia, por decirnos algo, cuando llenan con ella las páginas de la revista municipal y se hartan de cambiar déficit por deuda, a la que nunca ponen al lado de las palabras inversión, cultura o educación. Y asustados por las palabras, nos llaman “bolivarianos”, como si fuera un insulto, cuando es una referencia a una lucha secular por las libertades; y es que vuelven a quedarse sin argumentos cuando pedimos que el Estado dedique sus esfuerzos al control de los privilegios de las multinacionales de los suministros energéticos, para el bien de todos y que nos dejen a las administraciones locales hacer nuestro trabajo de proximidad, desde la excelencia, y a pesar de la falta de recursos. Les aterrorizan tanto las palabras que les cuesta reconocer que “presupuesto prorrogado” quiere decir falta de liderazgo y que “voto de calidad” quiere decir debilidad constante. La biblioteca fue primero un despropósito y ahora una bendición. Y es solo un ejemplo.
Por cierto, les asustó tanto su nombre Ramon Fernàndez Jurado –poeta, sindicalista, luchador incansable e integrador– que también esas palabras las cambiaron de significado. Pero Ramon es nuestra biblioteca y así la seguiremos llamando los que no tenemos miedo a las palabras y sabemos que siempre nos quedan para nombrar, soñar y vivir con plenitud lo que deseamos para Castelldefels: Libertad, Igualdad, Fraternidad y… Democracia.