Antes de entrar en harina, un par de casualidades que me han ocurrido hace poco, la segunda de ellas me ha llevado a escribir este artículo.
Vi hace poco la película de Álex de la Iglesia Las brujas de Zugarramurdi, película francamente divertida durante más de la mitad de su metraje, pero que decae ostensiblemente al final. A los pocos días leí la novela de Pío Baroja, Zalacaín el aventurero, que transcurre durante la tercera Guerra Carlista en el País Vasco, y el pueblo de Zugarramurdi aparece en varias ocasiones, cosa que me produjo una extraña sorpresa.
Estaba ya viendo la serie Vikings cuando me leí la novela de Víctor Mora (guionista de El Capitán Trueno y Jabato, a título de curiosidad) y cita el autor al legendario rey vikingo Lagnar Lodbrok del siglo IX, protagonista de la serie en cuestión. No sé si los de mi quinta recordáis una serie de dibujos animados llamada Vicky el Vikingo en el que el chaval protagonista se frotaba la nariz para que se le ocurrieran grandes ideas y daba un gracioso salto juntando los talones.
Supongo que todos habéis oído hablar de los vikingos y os los imagináis con su casco adornado con un par de cuernos, pues en la serie televisiva no llevan casco ni en las más cruentas batallas ni cuernos, aunque el protagonista es bígamo. Lo de no llevar protección en la cabeza me parece una licencia poética de la serie, ya que todos los ejércitos y guerreros desde el principio de los tiempos han usado algún tipo de casco para proteger la parte teóricamente más importante del cuerpo.
No voy a entrar en los orígenes etimológicos de la palabra y voy a centrarme en lo que de verdad me interesa, en el carácter viajero, guerrero y comercial de estos pueblos germánicos que habitaban en Escandinavia. En la serie se ilustra la supuesta primera expedición que realizan hacia occidente, llegando a Inglaterra, ya que anteriormente centraban sus saqueos hacia el este. Usaban unos barcos muy ligeros llamados drakkar (dragón, éste solía adornar la proa de esas naves) de casco sin cuadernas y muy poco calado que les permitía subir el curso de los ríos y saquear el interior de los países que visitaban sin alejarse demasiado de sus transportes.
He podido encontrar algo sobre armamento y se confirma que lo de los cuernos es una mitificación, pero sí que usaban cascos con protección para nariz y ojos, lo más curioso es el uso de hachas de hoja curva para combatir protegiéndose con un escudo circular (no con dos hachas a la vez como en la serie) y el martillo (arma de Thor, uno de sus dioses, recordad los cómics de Ediciones Márvel los que fuimos a EGB).
Incordiaron bastante en Inglaterra y Francia y llegaron hasta España, en Europa se les conocía como normandos (los hombres del norte). A la Península Ibérica llegaron en cuatro oleadas: En el año 844, (858-861), (966-971) y (1008-1038). En la primera visitaron Gijón y A Coruña (fueron los primeros turistas de las playas cántabras), y llegaron a la Sevilla musulmana a través del Guadalquivir y la destruyeron. En fin, unos muchachos bastante inquietos, activos y de gran espíritu viajero. Para los interesados en el tema os recomiendo un pdf de la Universidad Autónoma de Madrid muy interesante:
http://www.uam.es/personal_pdi/filoyletras/afuen/trabajos/trabajos_generales/Arias%20Jordan,%20Cristina%20-%20vikingos_pi.pdf Que Odín os proteja.