Reivindicación económica de las PYMES

El pasado 19 de marzo, las organizaciones empresariales que agrupan a la mayoría de las pequeñas y medianas empresas de Catalunya, se reunieron en el Palau de Congressos de Montjuïc para manifestar su malestar tanto por la situación económica como por el trato que reciben de las administraciones públicas en general. Las quejas principales del colectivo fueron “los generosos rescates públicos” a la banca y la crítica a la “corrupción pública”. También hubo silbidos que capitalizaron el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y su ministro de Economía, cuando se recordaron, en un vídeo, sus promesas de que no se subirían los impuestos y de que apoyarían a las pymes. Las  diez reivindicaciones más notables que consideran imprescindibles para la activación de la economía fueron las siguientes:

Que el crédito fluya con normalidad para financiar los proyectos empresariales viables.
Rigor en las “sanciones” por el incumplimiento de la ley antimorosidad para mejorar los plazos de pago.
Reforma fiscal que baje la presión para favorecer la reactivación, más adaptada a las pymes.
Reducción sustancial de las cuotas a la Seguridad Social para aumentar la contratación.
Establecer un plan energético no errático, para mejorar la competitividad
Focalizar la inversión en infraestructuras, concretándose en el corredor mediterráneo y los accesos a los polígonos.
Las administraciones no deben centralizar todas las compras, y que el precio no sea, por sí solo, el valor determinante.
Para apoyar la internacionalización, se deberían diseñar planes más estables y la recuperación rápida del IVA.
Conveniencia de avanzar hacia una mayor integración entre el mundo universitario y empresarial.
Necesidad de establecer unos incentivos fiscales amplios para inversores y emprendedores, y menos burocracia.

Antes de finalizar el acto, un grupo de empresarios comenzó a corear “independencia”, que fue seguido por la mayoría de los asistentes, prueba evidente de que consideran que un cambio radical en las relaciones con el resto del Estado, sin duda, será positivo para el desarrollo económico, en términos generales.