El 85% de los españoles, representados democráticamente en el Con-greso de los Diputados, rechazaron la consulta secesionista que plantea CiU y ERC. Mariano Rajoy, el presidente de todos los españoles (obviamente están incluidos los catalanes), rechazó con toda la claridad del mundo la posibilidad de celebrar una consulta para iniciar la partición de España en dos trocitos.
El proyecto planteado es ilegal. Nosotros pensamos que los demócratas tenemos que cumplir la ley. No hay democracia sin respeto a la ley. Ni aunque el presidente del Gobierno quisiera celebrar esta consulta no podría impulsarla por situarse claramente fuera de nuestro marco constitucional. La soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español. No existen soberanías locales, provinciales o regionales, tal y como lo acaba de refrendar el Tribunal Constitucional.
En cualquier caso, no podríamos privar el derecho a opinar al resto de españoles ante una decisión tan trascendente. El que quiera hacer una consulta de esas características puede cambiar la Constitución española, siguiendo los trámites legalmente establecidos. Hacerlo de manera unilateral, desde la más nauseabunda manipulación mediática, es una agresión a nuestra democracia que tendría sus consecuencias.
Juntos ganamos todos y separados todos perdemos. No concebimos Catalunya fuera de España ni de Europa. No aceptamos este chantaje cuya finalidad es desviar la atención de los problemas reales que tiene Catalunya: paro, bancarrota, corrupción y falta de un gobierno autonómico sólido. Rechazamos rotundamente la política de CiU y ERC basada en el victimismo, el agravio y la queja permanente infantiloide. Artur Mas nos lleva al abismo económico, a la fractura cultural, al enfrentamiento social, a la negación de nuestra historia común.
Estamos dispuestos a dialogar sobre todo, pero dentro de la ley y respetando la igualdad entre españoles. Esperamos que el “seny” prevalezca sobre la “rauxa”…