Daniel Pujado Julve, Un protagonista de Castelldefels cuando era villa de pescadores

Hemeroteca- Agosto de 2010

julve

Nacido en Castelldefels en el año 1926, su madre María Asunción llegó a nuestra ciudad con solo 2 meses, procedente de Vinaròs, como toda la saga de los Julve. Al principio, vivieron en barracas de paja junto al Mediterráneo hasta que, posteriormente, construyeron su casa (desaparecida por una rotonda) donde hoy está la plaza del Pi en la esquina de la Avenida de la Platja y calle Pitort.

Las últimas actividades de Daniel, un pescador de toda la vida, fue vender sus pescados (magras, langostinos, lenguados, etc.) junto al bar Mare Nostrun, cuando su dueña era la Sra. Fidela, con su marido Luis, y Pili la camarera. Las “petxines” anteriormente las vendía en la avenida Constitució justo al lado de la Carnicería de Diego (hoy cerca de la Farmacia Monill).

Daniel, desde la infancia, acompañaba a su padre, Vicente Pujado, hasta la orilla del mar; sus estudios primarios transcurrieron en la sacristía de la iglesia de Santa Maria con el maestro Masdeu, pero con 16 años ya era uno de los motoristas de la lancha que salía a pescar sardinas; el equipo lo componían unas 15 personas y, muchas veces, Pedro Andreu lo acompañaba de pesca. El dueño de dos de las embarcaciones para la pesca de la sardina era el propietario de la fábrica de hielo que había delante del Hotel Florida (hoy Playafels)Sr. Francisco Torres; la tercera barca sardinera era de Can Calero, que tenía un bar (donde hoy esta el Restaurante La Canasta.
La pesca de sardina y la fábrica de hielo tuvieron una existencia corta en los años 40. Pero la pesca con red o de arrastre, tanto de pescado como de tellarines, dio trabajo a unas 15 barcas permanentes. Cada día llenaban un vagón de tren para enviar a Madrid con una peculiar anécdota idiomática-fiscal: primero se enviaban como “almejas” hasta que se dieron cuenta que en Madrid a lo que ellos enviaban le llamaban “chirlas”, producto menos selecto y con menor carga fiscal. Durante unos años hubo una eclosión de “rossellones” que atrajo a unas 10 o 12 barcas de Andalucía que vinieron a faenar a Castelldefels.

Son increíbles las historias que cuenta Daniel Pujado Julve, por ejemplo, cuando Infantería de Marina mató a su tío José Julve en las playas de Castelldefels, frente a la calle 9 donde estaba el Chiringuito de Patricio, en el año 1953, cuando éstos estaban de maniobras; él mismo lo sacó de la barca ensangrentado y lo subió a un taxi para llevarlo hasta la consulta del Dr. Claverol, pero a la altura de la calle 11 (Avda. de la Pineda) moría y el doctor no pudo hacer nada. Lo trasladaron al cementerio para hacerle la autopsia.
En las épocas de mala pesca y difícil situación económica, en la postgerra, en los años de racionamiento y de carencias por la autarquía y el aislamiento internacional, las embarcaciones eran contratadas por un empresario mallorquín para hacer contrabando en la playa de Castelldefels. La mercancía llegaba de Tánger (Marruecos) en una embarcación grande y las barcas la llevaban hasta el camión que esperaba a la altura del Club Marítimo; por lo que se conocía como “los asfaltados”, las primeras calles asfaltadas, aproximadamente hoy la calle 21, transportaban fundamentalmente tabaco, botones de nácar, café, medias de nylon, embragues de coche, motos y otros productos. Los camiones lo llevaban a Barcelona a la calle Madrid, pero un día su barca quedó llena de tabaco y el camión se marchó, no había teléfonos y no sabían cómo avisar al patrón, así que se fueron al puerto de Barcelona y cubriendo muy bien el contrabando le dijeron a la policía de Aduanas del Puerto si les podía cuidar la barca ya que querian ver el cine; el policía lo cuidó todo y Daniel con otros fueron a avisar al patrón para entregarle la mercancía. Por cada barca pagaban 25.000 pesetas, los contrabandistas, por los embarcados 1.000 pesetas Y 500 pesetas los que estaban en tierra. Corría el año 48 y coordinaba las operaciones en Castelldefels era un antiguo somatén de apellido Ribas.

Daniel se casó con Maria, que era de Peñíscola. Ella y su madre eran las cuidadoras y tejedoras de las redes de pesca; hoy todavía conservan sus agujas y varias redes, además de una barca en el puerto del Garraf. Tuvieron una hija, Conchita, que hoy vive en Francia y que nació a menos de 100 metros de donde nació su padre, en una antigua masía aún existente en la calle Pitort. Después se fueron a vivir frente al mar, exactamente donde hoy se levanta el Restaurante Mar Blanc, en una casa de madera, que se puede ver en una foto, hecha toda con madera de embalaje por un empleado de la Ford en Barcelona, el Sr. Obach. Luego, sin desarmarla, se la llevaron hasta Can Ferret, hasta que finalmente fue expropiada. Vivieron en ella 36 años y tenían cerca una cueva en la que cocinaban y que había servido de refugio se ocultaban durante los bombardeos en la Guerra Civil.
Daniel, nuestro protagonista, también trabajaba en sus horas libres después de tirar las redes, en el desaparecido Hotel Miramar (Pg. Marítim y Avda. dels Banys), que era propiedad del Sr. Quimet Fornes, junto a sus sobrinos Pere y Manel Fusté. Cuenta que era una terraza muy visitada por personalidades, como el Ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne, Antonio Machín, Carlos (terrorista francés) y una visitante especial, Eva Duarte de Perón (Evita), que tenía una casa alquilada sobre el mar, finca denominada La Popular al final de la calle del Carme, junto a la casa del Dr. Degollada (Neurocirujano) donde pasaba muchas horas durante el verano en la terraza del Hotel Miramar, tomando refrescos. Confirmando su presencia, el Sr. Manel Fusté añade que Evita no quería que la identificaran y se hacia llamar Sra. Rosario… fue por el verano del año 1948 o 1949, y llamaba por teléfono desde Hotel Miramar ya que era el único teléfono de la zona.

También se acuerda del embarcadero del Hotel Florida, que tenía dos niveles, y desde donde, de pequeño, se tiraba al agua. Había también un bar al cual, desde Barcelona, llegaba un barco con 200 turistas para pasar el día; se acuerda de un barco de transporte la dañó siendo, posteriormente dinamitado en los años 60. Su padre también tuvo un bar “El Pescador” en la Avda. de Castelldefels y calle Les Botigues, más tarde regentó el chiringuito La Vespa.

Esta entrevista es una iniciativa de Rafael Illia del Grup de Recerques Històriques de Castelldefels (Grehic), que busca todo tipo de información sobre la historia de la villa pescadora de Castelldefels.

Daniel Pujado Julve es uno de los últimos testigos de Castelldefels cuando era una Villa de Pescadores.