No tocaba

Durante muchos años, tantos como 23, que fue lo que duró su mandato casi mesiánico, Jordi Pujol hizo uso de un expresión, que se acabó popularizando debido a la insistencia con que el expresident caía una y otra vez en su utilización. El “padre” de la nación catalana moderna, con el permiso histórico de Tarradellas, ante cualquier pregunta que se le planteaba, si él la consideraba poco conveniente, detenía su paso, desafiaba con su mirada penetrante, esbozada una mueca que pretendía ser de medio sonrisa, pero no se llegaba ni a eso; y sentenciaba a su interlocutor, diciéndole: “Escolti, escolti, això avui no toca”. Y eso le servía para dejar en la boca a periodistas, compañeros de profesión política, empresarios y todo aquel lugareño que se cruzara en su camino en cualquier pueblo de Catalunya.
El pasado 25 de julio Jordi Pujol, el Gran Jefe Supremo del pensamiento nacionalista, el gurú de la política catalana desde la instauración de la democracia, se rendía a las evidencias periodísticas y judiciales y confesaba haber tenido cuentas millonarias en Andorra durante todos sus años de carrera política. Pujol confesó ser plenamente consciente del delito cometido, de haber eludido el pago de impuestos durante más de 30 años, eso sí, sin concretar la cantidad defraudada y sin querer dar muchas explicaciones del porqué del escaso rigor fiscal de él y de su clan familiar.
Lo llamativo de este caso viene dado evidentemente por la talla política de quien ha engañado a sus conciudadanos, a los que él y su partido han pedido tantos sacrificios fiscales y morales durante todos estos años. Esa exigencia ética y cívica de Pujol la tenía y se la pedía a esos millones de catalanes a los que él lideraba desde su Palau de la Generalitat; pero cuando el político ultraman se convertía en la persona de carne y hueso que era como padre y marido, en su casa, olvidaba de un plumazo todo rigor ético y el único legado que cuidaba era el suyo particular, acumulando riqueza para él y los suyos, intentando eludir el pago de impuestos en paraísos fiscales.
De confirmarse todas y cada una de las sospechan que pesan sobre el expresident y su familia, las cuentas opacas de Andorra pueden ser la punta del iceberg y el daño a su propia figura, a su partido (Convergència Democràtica de Catalunya), y a toda la ciudadanía catalana es incalculable. Y esta vez no le bastará a Pujol con tirar del muestrario ya conocido, volviendo a hacer uso de su famosa muletilla cortante y autoritaria de “Escolti, això avui no toca”. Durante 30 años, en casa de los Pujol no tocaba cumplir con Hacienda y con el juego limpio desde sus poltronas de privilegio político, social y económico. Ahora, en cambio, sí toca dar explicaciones del cómo y el porqué de tantos años de engaños, estafa y corrupción.

Twitter: @goyobenitez