A nivel laboral, el homo economicus puede ser un empleado por cuenta ajena, trabajar en la administración pública o ser empresario. Las tres opciones son totalmente válidas, ninguna es mejor que la otra y todas tienen sus partes buenas y mejorables. La elección de una de ellas dependerá del entorno, expectativas, oportunidades y, sobre todo, de la educación recibida en el seno familiar. Los primeros son la gran mayoría, los segundos los mas estables y en los terceros es donde existe una gran diversidad. Pueden ser autónomos que sólo pretenden tener un autoempleo, pequeños empleadores con pocos colaboradores o empresarios con expectativas de crear multinacionales. En todo caso, es el mercado y la gestión de sus circunstancias las que marcarán el alcance del éxito de la empresa.
Ahora bien, al contrario del pensamiento general, emprender no siempre tiene que ser una experiencia que empiece desde cero o, como marcan las modas de las empresas recientes (conocidas como start ups), que nazcan en un garaje. Existen dos grandes fórmulas para la adquisición de conocimiento empresarial: la franquicia o comprar un proyecto que esté en funcionamiento.
En este sentido y, centrados en la segunda opción, la Diputación de Barcelona junto con la patronal Cecot y la Fundación Privada para la Promoción de la Autoocupación de Catalunya (cp´Ac) han creado un nuevo modelo de emprendimiento llamado Reempresa. Es un proceso donde se fomenta la continuidad de empresas que, siendo viables desde un punto de vista económico, ayudan a que el empresario ceda su negocio a un reemprendedor. Los motivos pueden ser por jubilación, falta de sucesión u otros personales. Reempresa apoya a las pymes en esta fase de transferencia de la propiedad donde todos salen ganando. El empresario creador no la tiene que cerrar perdiendo parte de su patrimonio y el reemprendedor, al tener trabajadores, instalaciones y clientes, no sufre un inicio traumático para entrar en un mercado.
Al reemprendedor le facilitan la valoración de la empresa, de su mercado y en definitiva de su éxito futuro. Se planifica un proceso de sucesión que tiene en cuenta todos los aspectos fiscales, jurídicos y financieros llegando a negociar la cesión.
Hay magníficas empresas disponibles que van desde un establecimiento de hostelería a una plataforma de e-commerce pasando por una ludoteca, un taller mecánico o una fábrica de jabones. Están representados casi todos los sectores. Los técnicos del servicio local de Promoción Económica del Ayuntamiento están preparados para ayudar a escoger la mejor opción en función del perfil del reemprendedor.
La parte más complicada es la humana. El empresario creador ha de ser capaz de ceder una parte importante de su sueño, su ilusión y su vida profesional. No todos estamos preparados. Y, por otro lado, el reemprendedor tiene que saber adaptarse a las realidades en las que se mueve esa empresa para darle un nuevo impulso al proyecto.
Sin duda, es una buena fórmula para mantener el tejido empresarial y sobre todo para dar continuidad a historias de éxito. Emprendedores, les invito a Reemprender.