Las razones de una sinrazón o la malversación de fondos públicos de los ciudadanos europeos en la UE

El día 22 de octubre de 2014, a las 13 h, se puso a votación en el Parlamento europeo –y se aprobó por mayoría– el continuar con las subvenciones millonarias a las primitivas, inhumanas y perversas corridas de toros en España, una diversión para sádicos. Son 130 millones de euros anuales destinados a la ganadería, incluida también la aristocracia andaluza, propietarios de dehesas donde hay –todavía y a estas alturas– hasta un duque. Esos millones de euros tendrían que ir a parar a otro sitio ya que somos un país con cerca de 6 millones de parados y 11 millones de pobres, donde los gobernantes de turno, alternándose en el poder desde que llegó la democracia (no importa su color) nos intentan vender la sociedad del bienestar.
¿Por qué y para qué esas subvenciones? Cada día se pone más de manifiesto que la inmensa mayoría de los españoles no va a las plazas de toros, y esa tendencia va en aumento. Sin las subvenciones de la UE, de los Ayuntamientos y del Gobierno central español, no pueden subsistir. Esas subvenciones de dentro y fuera de España, las pagamos todos, también quienes estamos en contra, y que, repito, somos mayoría. Esas subvenciones no sólo constituyen una malversación de fondos públicos, sino también un fraude democrático. Se trata de los mismos políticos que tanto presumen de demócratas en sus demagógicas oratorias.
En las plazas de toros españolas mueren cada año cerca de 40.000 toros de lidia torturados hasta la muerte, en nombre de no sé qué santa cultura y tradición, para divertir a sádicos, ¡LA TORTURA NO ES NI ARTE NI CULTURA! Son cuatro las comunidades autónomas con más del 80% de esas corridas de toros: Andalucía, Castilla León, Castilla La Mancha y Madrid. Los taurófilos que llenan las plazas de toros sólo van a ellas para ver cómo se tortura a un animal hasta la muerte.

Y no quisiera terminar este artículo sin dejar de advertir que para empezar a salir del medievo en la España profunda y taurófila, habría que empezar por transformar las plazas de toros en fábricas y los toreros en ingenieros. Con ello se haría no sólo un favor a los animales, sino también a los mismos toreros.

José Luis Espeso

Fundador SOS al Gos i al Gat