Postureo

La palabra postureo no está registrada todavía en el Diccionario de la Lengua Española (DRAE), aunque desde la Fundación para el Español Urgente (FUNDEU) indican: “el sustantivo postureo y el verbo posturear, con los que se alude a la adopción de ciertos hábitos, poses y actitudes más por apariencia que por convicción, son neologismos bien formados que siguen el paradigma de ningunear/ninguneo, flirtear/flirteo, menear/meneo y muchos otros”. Así que parece que podemos utilizar esta palabra para calificar actitudes impostadas que pueden llegar a rayar en lo ridículo y que se prodigan sobre todo en las redes sociales.
Quizás el sustantivo y el verbo se han ideado hace poco, pero coincidirán conmigo las lectoras y los lectores, que el postureo ha existido siempre. Seguramente se utilizaban los términos “aparentar”, “fingir”, “simular”…, aunque si ha tenido que inventarse es porque tiene alguna connotación diferente y creo que es el tono irónico, incluso sarcástico, que destila la palabra cuando la empleamos.
La diferencia entre compartir y posturear se encuentra en el objetivo de la persona al colgar una determinada foto o hacer un comentario concreto, y también en la insistencia de los mismos. Todas las personas participamos con amistades, colegas de trabajo, familiares…, de momentos divertidos y felices ocasionales, de actividades destacables y lugares fantásticos, pero no es necesario reproducirlos todos, siempre ni constantemente, porque acaba no siendo creíble para la mayoría de los seguidores que te conocen personalmente.
Este aparentar repetitivo puede tener una incidencia negativa en la persona observadora, porque si tienes un día de bajón emocional, parece que estás fuera del club de los felices cual perdices. Y supongo que por ello se creó la palabra que da título al artículo, para poner un toque de realismo y de sana salud mental a determinadas simulaciones en directo y en diferido de las redes sociales.

Felices fiestas y, por favor, compartan mucho y postureen poco durante estas navidades.