Instalaciones luminosas y cultura popular llenarán el centro de Barcelona del 6 al 12 de febrero con motivo de la celebración de Santa Eulàlia.
La edición de este año coincide con la declaración de 2015 como año internacional de la luz por parte de las Naciones Unidas, y por esta razón el Ayuntamiento de Barcelona y el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) han organizado el festival como punto de partida de un año de actividades.
La arquitecta Benedetta Tagliabue fue la pregonera en el Salón de Crónicas del ayuntamiento y a continuación en la plaza de Sant Jaume tuvo lugar una actuación con “castellers luminosos”.
Con este espectáculo, el ICFO quiere hacer visible la importancia de la fotónica en la vida cotidiana de una ciudad que concentra gran parte de la excelencia en investigación e innovación del país.
El público podrá ver entre el 6 y el 8 de febrero una veintena de instalaciones lumínicas en la parte antigua de Barcelona creadas por alumnos y escuelas de diseño, iluminación, arquitectura o interiorismo de la ciudad y con la colaboración del ICFO y la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación.
El Palacio Bru (sede la SGAE), el Palau Sessa-Larrard, el Palau Centelles, la Casa Padellàs (Museo de Historia de Barcelona), el Archivo de la Corona de Aragón, el porche del Saló del Tinell, el Palau Moja o el Ateneo Barcelonés serán algunos de los patios de edificios iluminados.
En paralelo a los recorridos por los patios de los edificios, Llum BCN propone instalaciones artísticas en diferentes plazas de Ciutat Vella como la Mercè, Sant Just, la plaza del Rei, la de la Seu, Sant Felip Neri y la de la Vila de Madrid.
Como en ediciones anteriores, las proyecciones en las fachadas volverán a ser protagonistas durante las noches de fiesta: la fachada del ayuntamiento proyectará “Barcekholm”, que ya se pudo ver en las últimas fiestas de la Mercè, y “Trets de llum”, cinco cápsulas audiovisuales creadas por estudiantes de Elisava.
En La Pedrera se volverá a proyectar “La Pedrera, emociones en movimiento”, una coreografía que se creó con motivo del centenario del emblemático edificio de Gaudí en la que ocho bailarines en vivo interactúan con las proyecciones en vídeo sobre la fachada.