Memoria histórica

Han pasado cuatro años desde las últimas elecciones municipales. En mayo de 2011 el PP ganó, sin paliativos, aquellas votaciones en Castelldefels. Se lo ganó a pulso, todo hay que decirlo. Aquel programa electoral contenía 140 promesas, la mayoría de las cuales cayeron en el olvido pocos meses después de que la formación tomara posesión en la Casa Consistorial. Algunas formaciones entienden así el ejercicio de la política. El PP lo ha puesto en práctica en el Gobierno de España, y aquí en Castelldefels Mariano Rajoy (M.R.) ha tenido en Manuel Reyes (M.R. jr) a un alumno aventajado. Pero para eso está la memoria histórica, esa figura tan denostada precisamente por los populares. En junio de 2011, después de conocerse el resultado de las votaciones, escribía en mi columna de La Voz lo siguiente:
“En un momento difícil como el actual, con una coyuntura económica a nivel mundial en términos de sequía absoluta, estoy impaciente por saber cómo el nuevo gobierno local va a paralizar las obras de la promoción de vivienda protegida en el barrio de Canyars. ¿Cuánto dinero nos va a suponer esa paralización y la posterior indemnización que acarreará esta promesa electoral del PP?. Otras dudas que me asaltan, aún a sabiendas de que tengo cuatro años por delante para ir descifrando, aluden a la manera en cómo se vaya a comportar el nuevo alcalde ante los más que previsibles recortes en inversiones por parte de la Generalitat en nuestro término municipal. La futura construcción del cuarto instituto de secundaria puede quedar paralizada en breve y como el PP está dando su apoyo a CIU en el Parlament a esos Presupuestos autonómicos que nos pueden dejar sin equipamientos educativos como el ya señalado; espero que el hilo directo entre Reyes y Alicia Sánchez Camacho sirva para algo más que para lucir un mediático álbum de fotos cada vez que Mariano Rajoy visita nuestra ciudad.
En fin, que queda mucho trabajo por delante; que la mayoría de la población de Castelldefels está ansiosa por conocer el rumbo futuro de la ciudad y que las 140 promesas que el PP ha utilizado electoralmente en la última campaña van a formar parte activa de nuestra memoria durante los próximos años. Pues sí que es verdad, que esto va a cambiar. De hecho esto ya ha cambiado. Ahora a algunos les va a tocar construir. El tiempo de la demolición ya ha expirado para ellos”
Cuatro años después ningún ciudadano ha podido ver el derribo de las viviendas sociales de General Palafox. Tampoco hemos visto la construcción del cuarto instituto, ni del tercer ambulatorio… Y así un largo etcétera de promesas incumplidas. Como se ha demostrado, a este Partido Popular de Castelldefels la demolición política se le ha dado mejor que la construcción social. Por cierto, también sería bueno recordar que esa “no-obra” de gobierno popular ha sido fruto de la connivencia que hubo durante buena parte de la legislatura con sus socios de Convergència i Unió, tanto en el Ayuntamiento de Castelldefels –donde han gobernado en coalición- como en el Parlament de Catalunya, en la época en que Alicia y Artur formaban una sólida pareja ideológica, antes del advenimiento del tsunami soberanista. Por cierto, un “noviazgo” político bendecido por Manuel Reyes, quien durante estos cuatro años ha estado siempre sentado a la derecha de Sánchez Camacho en la bancada popular, como número 2 del PP en la Cámara catalana.