El pasado 24 de mayo las elecciones municipales en la ciudad arrojaron una victoria del PP, que consiguió sumar 6.499 votos sobre un censo total de 42.804 votantes. El Partido Popular aumentó en 1.099 votos el respaldo ciudadano con respecto a 2011 y obtuvo 8 concejales, los mismos que ya ostentaba en el mandato anterior. El PSC consiguió 3.799 votos, 1.315 papeletas menos que en 2011 y se queda con 4 actas de concejal. MOVEM Castelldefels contó con el apoyo de 3.740 vecinos, 1.731 papeletas más que las que cosechó en 2011 el grupo de ICV-EUiA, germen de la actual plataforma de izquierdas. MOVEM tendrá 4 concejales en el actual pleno. A continuación, encontramos a ERC, que obtuvo 2.480 papeletas, 1.744 más que cuatro años atrás, subiendo su representación a 3 actas de concejal. Ciutadans ha entrado en el consistorio con 2.132 votos y 2 concejales. CiU ha perdido 1.416 apoyos, quedándose con 2.058 votantes y 2 concejales. Castelldefels Sí Pot ha irrumpido con 1.955 votos sumando 2 nuevos concejales. Y la opción política de la AVVIC pasa a mejor vida, sin representación municipal, tras perder 500 de los 1.348 votos que obtuvo hace cuatro años.
El pleno municipal de nuestra ciudad consta de 25 regidores, que son los cargos electos que salen de las urnas en una convocatoria como las pasadas elecciones municipales. En España no tenemos un régimen presidencialista, sino un sistema parlamentario y en cada una de las elecciones lo que elegimos los ciudadanos es el conjunto de parlamentarios y/o concejales que conforman un parlamento y/o un ayuntamiento. Y son esos parlamentarios y/o concejales, reunidos en pleno, los que posteriormente determinan qué persona ejerce el cargo en la presidencia de un gobierno o en la alcaldía de un municipio.
Por tanto, el pasado 24 de mayo los ciudadanos de Castelldefels no elegimos a un alcalde, sino a 25 concejales. Y son ellos, con una mayoría absoluta que está en los 13 votos, los que han determinado la elección de la nueva alcaldesa, Candela López. El gobierno para los próximos cuatro años ha salido de esa decisión legítima y democrática. Con este sistema Manu Reyes fue investido alcalde en 2011 y con el mismo sistema tenemos alcaldesa hasta 2019, Candela los dos primeros años y la socialista María Miranda los dos últimos. Lo que fue bueno entonces también tiene que serlo ahora, cuatro años después. El PP, antes Alianza Popular, le arrebató con pactos postelectorales la alcaldía de Madrid en 1989 al PSOE, que era la fuerza más votada. El PSOE tenía más concejales que el resto de grupos pero no alcanzaba la mayoría absoluta. Manu Reyes debe recordarlo perfectamente. Desde entonces, la suma de fuerzas para investir gobiernos se ha repetido una y otra vez en muchos otros lugares de España.
En Castelldefels el PP viene de ejercer el poder municipal con un gobierno tripartito, sumando esfuerzos con CiU y AVVIC, e incluyendo en la recta final del mandato a un concejal tránsfuga, procedente de CiU. Ahora hay un gobierno alternativo, también formado por fuerzas políticas diversas. Los dirigentes populares no pueden hablar de la existencia de un pacto anti-PP, igual que ningún partido habló en 2011 de un pacto anti-izquierdas en el pleno municipal. Donde ellos ven un pacto de “todos contra el PP”, otros sólo vemos a un escenario del “PP contra todos”. Los populares deberían reflexionar sobre su incapacidad para mantener puentes de diálogo con la mayoría de fuerzas políticas del arco parlamentario catalán y español. Los ciudadanos apuestan por un nuevo tiempo, basado en la transversalidad y el diálogo entre diferentes. Y la incapacidad para digerir la nueva realidad sólo ha servido para desencadenar una cascada de pataletas, más propias de niños malcriados y caprichosos que de personas adultas y responsables. El mismo día de la investidura tuvimos una buena muestra del elevado nivel de patetismo que puede adquirir una rabieta colectiva de los fieles del “Manuelismo” en Castelldefels.