Más del 70% de los españoles sufre el Síndrome Visual informático (SVI) por un uso excesivo de las pantallas. Los menores de 30 años pasan 10,5 horas diarias delante de una pantalla, 9 horas entre los 31 y los 60 años, y 3 en mayores de 60 años, según una encuesta realizada por el Col.legi Oficial d’Òptics Optometristes de Catalunya (COOOC) entre la población general. Los síntomas más frecuentes son fatiga ocular, ojo seco, picor y visión borrosa.
Para ver de cerca, los ojos realizan dos funciones básicas que permiten enfocar los objetos a distancias cortas: la convergencia y la acomodación, por las que se produce la visión binocular, integrando las dos imágenes (una de cada ojo) en el cerebro, donde se produce la visión. Desde una perspectiva visual, todos los dispositivos electrónicos son similares, ya que tienen pantallas que se iluminan, que miramos desde una distancia muy corta y a las que fijamos la vista mucho rato. Debemos tener en cuenta 4 factores: tiempo de uso, distancia, luz y parpadeo. Mirar a una distancia muy corta provoca un esfuerzo superior de enfoque al empleado en la visión de lejos. En los móviles y las tablets, el factor de la distancia es primordial. El tamaño de la pantalla y de la letra es más pequeño, y ello nos induce a acercarnos aún más. Mirar a una pantalla también supone mirar una fuente de luz muy fuerte no natural de forma directa, una luz led azul que, aunque reduce el consumo energético, a largo plazo puede provocar daños en las células de la retina, que no se regeneran. Los reflejos en la pantalla también dificultan la visualización de textos e imágenes y pueden provocar estrés visual. En cuanto al parpadeo, cuando pasamos muchas horas ante una pantalla, la frecuencia disminuye, y por tanto, también la secreción de lágrima. Esta frecuencia, delante de una pantalla de ordenador, puede llegar a reducirse hasta sólo 5 veces por minuto. Para reducir los síntomas del Síndrome Visual Informático (SVI), los optometristas recomendamos:
1. Regla del 20-20-20: Apartar la mirada durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 6 metros.
2. Iluminación: Evitar los reflejos en la pantalla, especialmente de luces superiores o ventanas. Podemos emplear un filtro antirreflector en la pantalla.
3. Postura: La ergonomía es básica para conseguir un buen rendimiento visual.
4. Posición de la pantalla: El monitor debe estar por debajo de la altura de los ojos. O la parte superior del monitor a la altura de nuestros ojos.
5. Parpadeo: Forzar el parpadeo voluntario o mantener cerrados los ojos 20 segundos de vez en cuando. Evitar ambientes muy secos por calefacción o aire acondicionado.
6. Filtros específicos para la luz azul: En el mercado existen lentes con tratamientos antirreflejantes especiales para minimizar el efecto nocivo de este tipo de luz.
Jordi Gil Peralta
Audioprotesista titulado