Marcelo

El pasado sábado día 5 de diciembre el Ministro más “iluminado” del Gobierno Rajoy, Jorge Fernández Díaz, anunció en Castelldefels, en un míting del Partido Popular, que gracias a su Gobierno las obras paralizadas del Paseo Marítimo, que son competencia de ese mismo Gobierno central, se reanudarían a partir del miércoles día 9. En aquel acto, Fernández Díaz culpó al actual gobierno municipal de Castelldefels, que no tiene competencia alguna en la ejecución de la obra, de la suspensión de los trabajos. Lo único cierto es que la paralización de las obras sólo se explica por una pelea entre “bomberos” del mismo Parque, que se han pisado las mangueras de forma muy aparatosa. El Ministerio de Hacienda le puso objeciones al Ministerio de Medio Ambiente para aprobar la continuación de estos trabajos porque al departamento de Montoro no le cuadraba un desajuste presupuestario de 4.554 €, esto es, el 0’1% del presupuesto total de la obra, que asciende a 2.100.000 €. En ese contexto, Fernández Díaz vino a hacer campaña para anunciar ante los suyos la reanudación de los trabajos, atribuyéndole el éxito de esta “gestión” a sus compañeros de Castelldefels y desoyendo las reclamaciones oficiales del Ayuntamiento que, en todo momento, exigió tener información puntual y precisa de todos los trámites que se seguían para que se retomaran esos trabajos.
El miércoles día 9 llegó y no se obró el milagro. En aquellos días la única actividad que se pudo detectar en la zona de obras del Paseo Marítimo fue la de un grupo de cuatro operarios que trabajaron adecuando los parterres de las palmeras que se han plantado a lo largo de ese kilómetro y cien metros de ampliación del Paseo. Solo eso. Se limitaron a trabajar en las palmeras. Esos cuatro operarios ejecutaban los trabajos con cargo al presupuesto del Ayuntamiento de Castelldefels que, a través del Área Metropolitana de Barcelona, se encarga de adecentar esa parte del nuevo Paseo. El Ministerio de Medio Ambiente no reanudó ningún trabajo. En el resto de la zona levantada no hubo ni rastro de operarios ni de maquinaria alguna. Y en los días posteriores, el Ayuntamiento de Castelldefels continuó sin tener ningún documento oficial del Ministerio de Medio Ambiente que plasmara sobre papel algún aspecto real de aquella información que Fernández Díaz había anunciado a bombo y platillo en un míting del PP.
Aquella misma semana Jorge Fernández Díaz declaró en una entrevista publicada en La Vanguardia que él tiene un ángel de la guarda, que le acompaña a diario y que responde al nombre de Marcelo. Marcelo sólo existe en su imaginación, como los méritos de la Virgen del Amor para hacerse merecedora de la Medalla de Oro al Mérito Policial que él mismo le concedió recientemente a la imagen religiosa. Según Fernández Díaz, este amigo “invisible” llamado Marcelo le da consejos sobre asuntos muy trascendentes y también sobre otros más mundanos, como indicarle dónde hay una plaza de aparcamiento libre en la calle. A la vista de lo sucedido con el Paseo Marítimo, con la no reanudación de las obras en los plazos que anunció el Ministro, si la filtración informativa ha partido del ángel de la guarda, esta vez Marcelo no ha hecho bien su trabajo. A falta de nuevas ocurrencias o visiones del Ministro Fernández Díaz, lo que los vecinos y las vecinas esperan es que el Gobierno central se tome en serio la ejecución de una obra que ha ocasionado muchos perjuicios a los vecinos y restauradores de la Playa de Castelldefels.