“Aunque sea un acto inútil,
el esfuerzo que le pones
se queda dentro de ti”.
Haruki Murakami
Vuelvo ya de noche de trabajar algo cansada y con la cabeza embotada. La periodista del programa de radio vespertino comenta la respuesta del presidente en funciones sobre la posibilidad de participar en debates, y me deja perpleja: que los debates le suponen un gran esfuerzo y no le parecen cómodos.
A partir de ese momento, ya no escucho más. Mis orejas se taponan y mi cerebro se activa con un objetivo: buscar las razones que mueven a todo un presidente, que además quiere seguir siéndolo, para soltar semejante frase. Él, que nos ha machacado todos estos últimos años con mensajes de trabajo, esfuerzo y superación como metáfora para salir de la crisis económica. Ese arrebato de sinceridad creo que condensa una filosofía de vida: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”. Y como me parecía recordar que incluso existía un vídeo en el que identificaba a Rajoy con imágenes de deportistas y esfuerzo, lo busqué al día siguiente en Internet. Era un vídeo de la precampaña del 2011 y escribo “era” porque, aunque he encontrado noticias con referencias a su existencia, el vídeo en cuestión aparece como “descatalogado”.
Me parece insultante que manifieste esa falta de ética y esa desidia, cuando desde el neoliberalismo que preconiza su partido, resumido en la premisa del “si quieres, puedes”, lleguen, en ocasiones, a responsabilizar a los conciudadanos que no salen de esta maldita crisis porque no se han esforzado lo suficiente. Le recomiendo ya como candidato a presidente que tenga en cuenta la cita atribuida al historiador romano Tito Livio: “Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito”.
Quizás si practicara más el debatir, con el tiempo, le resultaría más liviano, Sr. Rajoy, y además manifestaría más respeto por los ciudadanos y ciudadanas que se levantan cada día para esforzarse en sus trabajos y quehaceres cotidianos, aunque en ocasiones no les resulte cómodo.