El Laberinto de Ariadna, Castelldefels y las Brigadas Internacionales

Cuando leáis esta columna, aún tendréis tiempo de acompañarnos a dos actos que estoy organizando en nombre del colectivo de escritores El Laberinto de Ariadna. Dicho colectivo, que dirijo, tiene ya 15 años de existencia y está formado por personas de Castelldefels y alrededores. Incluso algunas viven en El Masnou, Mataró o Sabadell.
Hacemos tertulias, presentamos libros, asistimos a exposiciones, hacemos viajes culturales, leemos poesía, narraciones…, ¿contactar con nosotros? Más fácil no puede ser: toda nuestra programación, información de contacto o nuestra historia, la encontraréis nuestra web: http://www.ariadna-web.org/

  • Os invito a algún acto nuestro en cualquier época del año en l’Ateneu Barcelonès, el mítico espacio del carrer Canuda, 6. Y os emplazo a que vengáis a l’Aula dels Escriptors de la Asociación de Escritores de Cataluña (de donde somos socios) el viernes 27 de enero a las 18 h, allí nuestro historiador, vecino de Castelldefels, Alfonso López Borgoñoz, presentará su libro “Las Brigadas Internacionales en Castelldefels”.

¿Pero, qué hacían los brigadistas en nuestra ciudad? Máxime cuando aquí no hubo frente ni batallas importantes. Nuestra ciudad fue la última cárcel de ellos: desertores, delincuentes (que también hubo)… acabaron con sus huesos en la capilla de nuestro castillo. Aquí estuvieron desde marzo de 1938 hasta enero de 1939. También la antigua fábrica Rocalla fue ocupada por la sección del Parque Automovilístico en su retirada ante el avance franquista. Los brigadistas salieron definitivamente de España en octubre de 1938. Habían llegado en octubre de 1936, eran unidades de voluntarios extranjeros de más de 50 países que vinieron a luchar a favor de la República Española, estando su cuartel general en Los Llanos de Albacete. Debido al numeroso número de voluntarios que iban llegando, se crearon campos de entrenamiento el Tarazona, La Roda, Madrigueras y Villanueva de la Jara, entre otros. Al frente de ellos estuvo André Marty, líder comunista francés, secretario general de la Tercera Internacional. Los voluntarios debían prometer una declaración solemne que decía así:
“Soy un voluntario de las Brigadas Internacionales porque admiro profundamente el valor y heroísmo del pueblo español en lucha contra el fascismo internacional; porque mis enemigos de siempre son los mismos que los del pueblo español. Porque si el fascismo vence en España, mañana vencerá en mi país y mi hogar será devastado. Porque soy un trabajador, un obrero, un campesino que prefiere morir de pie a vivir de rodillas. Estoy aquí porque soy un voluntario y daré si es preciso, hasta la última gota de mi sangre por salvar la libertad de España, la libertad del mundo”.
Según datos realizados en EE.UU, por el Batallón Abrahan Lincoln, llegaron casi 60.000 brigadistas, de los que murieron 15.000. La delegación más numerosa vino de Francia (alrededor de 10.000). Participaron en la defensa de Madrid en el año 1936 y en las batallas de Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel, Aragón y en la del Ebro y tuvieron un papel importante al levantar la moral de las tropas republicanas. Desde el primer momento fueron empleadas como fuerzas de choque. El sábado 28 de enero a las 11 h, como segunda parte, tras la presentación del libro el viernes, iremos a visitar el último lugar donde estuvieron y una exposición temporal sobre ellos en las caballerizas de nuestro castillo. Quien quiera, puede acompañarnos, estaremos encantados.