MÁS ADIÓS Y MENOS CIAO

Silvia García

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Muy bonito todo hasta que os cuente de dónde proviene la palabra ciao.
Actualmente, ciao es una expresión que se usa en Italia tanto para decir adiós como hola. En España lo hemos castellanizado a chao y lo usamos para despedirnos de una manera más informal y de confianza que el adiós.
Eso sí, no somos los únicos que hemos copiado la expresión, puesto que en otros países también la han adquirido como propia: Alemania (tschau), Francia (tchao), Portugal (tchau), Hungría (csáo) y en Latinoamérica (chau).
Pero en todos los casos tiene el mismo origen curioso y poco agradable.
Trasladémonos al Imperio Bizantino. Este imperio llamaba “sklavinos” a algunos de los pueblos de Europa a los que sometía y ejercía una gran influencia, entre otras zonas, sobre la región italiana del Véneto. Esa influencia hizo que Venecia adaptara esa palabra a su dialecto propio transformándola hasta la expresión “siào vostro” (schiavo vostro), es decir, vuestro esclavo. En un primer momento se cree que la palabra la usaban los esclavos hacia sus señores mostrando sumisión: “soy su esclavo”, ” a sus órdenes” o “servidor vuestro”.
Más adelante se cree que únicamente se usaba a modo de expresión de cortesía que mostraba de todos modos sumisión hacía quien iba dirigida: “para servirle”, ”a su servicio”…
La cuestión es que quien la decía tenía la clara intención (o quizá la obligación) de mostrarse inferior. La expresión se fue acortando tras el fenómeno lingüístico llamado “economía del lenguaje” y el schiavo (esclavo) se quedó en el actual ciao que hoy usamos.
Claro, después de saber esto me surgen dudas. ¿Qué pasa con eso que suena tan bonito de Ciao Bella?
¿Significaría entonces: “soy vuestro esclavo, bella”? A mí, personalmente, se me ha caído un mito con esta frase. Sonaba tan romántico…
Para ser honestos habría que saber también eso de por qué decimos adiós.
Su origen proviene de la expresión “A Dios te encomiendo”. Menos mal que lo resumieron en Adiós. Y sonar tampoco suena muy bien, da la sensación de que te están mandando al otro barrio.
Conclusión: yo soy más partidaria del adiós, aunque los más ateos no estarán de acuerdo y lo entiendo. Pero es que lo de los esclavos me da un poco de mal rollo…
Así que ni adiós ni ciao, ¿qué os parece si nos quedamos con un hasta luego y listo?