Jordi Prats, coordinador de la escuela del “CRUC

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“Rugby Unión Club Castelldefels, el rugby o la pasión por el balón ovalado”

Jordi, hace años que sigo el rugby y lo veo como un deporte donde se respeta al rival, a los árbitros, se respetan las personas en la grada. Crees que es una característica que lo diferencia de otros deportes.

No creo que sea algo que lo diferencie de otros deportes, pero sí algo que lo caracteriza. Hay otros deportes en que también se ven esos comportamientos. En el rugby forma parte de su cultura.

Qué opinas sobre el espíritu, los valores y la filosofía de este deporte, el “fair play”.

Al fin y al cabo, son los valores que nos inculcan nuestros padres en casa y los profesores en la escuela llevados al deporte. Trata al resto como te gustaría que te tratasen a ti. En el deporte hay que ser igual, todos tenemos el ejemplo de ver en las noticias a un grupo de padres gritando a los niños del equipo contrario, no hay que olvidar que son niños y no te gustaría que le dijeran eso a tu hijo.

Háblanos de la escuela de rugby y si tenéis algún protocolo de iniciación cuando un niño/a llega a vuestro club para jugar a rugby por primera vez.

El único protocolo es que sea uno más. Obviamente, dependiendo de la edad, estará más o menos perdido, pero al ser edades bastante tempranas la diferencia con los niños/as que llevan más tiempo no es tan grande. Pero sí que hay que tener cuidado con el contacto y que le pierdan el miedo, ya que no todos los niños toleran el contacto del mismo modo.

Jordi, toda persona que lo desee puede jugar a rugby.

Todo el mundo. Es un deporte en que se usa la fuerza, rapidez, agilidad. Nos llegan muchos niños de otros deportes donde no estaban felices porque por ser grandes no jugaban. En el rugby esos niños pueden favorecerse de ser grandes. Pero, por otro lado, el que es pequeño y rápido también tiene su sitio en el campo.

El rugby es un deporte de contacto de fuerza, pero ¿este contacto se pude considerar violento o agresivo, pueden los padres elegir este deporte para sus hijos?

Es un deporte de contacto, pero no hay agresividad ni violencia. Siempre puede haber algún golpe fuera de lo permitido por un lance fortuito del juego, pero como puede ocurrir en cualquier deporte. De hecho, hay menos faltas cometidas por golpes fuera del reglamento en el rugby que en el fútbol, por ejemplo.

El trabajo de los entrenadores, monitores, la colaboración de los padres y amigos, forma parte del desarrollo de la escuela dentro y fuera del campo.

Todos suman para poder llevar adelante el club, cada uno aporta lo que puede. El trabajo de los entrenadores y monitores quizás es el más agradecido porque es el que se ve, pero hay muchos padres y colaboradores detrás de todo lo que se hace: preparar los terceros tiempos, organizar viajes, llevar la ropa de los partidos, organizar eventos. Todo aquello que no se ve, pero que sin esa ayuda nada sería posible, es el trabajo en la sombra y menos agradecido, pero que vale la pena solo por ver a los niños disfrutar gracias al esfuerzo de todos.

Jordi, crees que el tercer tiempo es uno de los secretos más populares del rugby.

El tercer tiempo es el momento de compartir con el equipo contrario algo más que jugar 80 minutos. En cuanto el árbitro pita el final del partido, lo que ha pasado en el campo se olvida. Es hablar con los del otro equipo, comentar el partido, preguntar por otros partidos y futuros contrarios y con el tiempo llegas a hacer amistades.

La próxima temporada 2018-19 podréis contar con un nuevo campo o equipamiento deportivo en la Av. del Canal Olímpic. Esto beneficia al club, os crea nuevas expectativas de crecimiento.

La verdad es que estamos ilusionados con el nuevo campo. Esperamos poder mejorar la calidad de los entrenamientos, contar con más niños y niñas y poder hacer crecer al club.

Jordi, si me permites finalizo tu entrevista refiriéndome a mi sobrino Hendrik, que juega en el equipo Sub-8 y que me tiene encantado cuando me habla de su equipo, de sus compañeros, de los monitores, de los partidos. Lleva siete meses en el club y todo esto lo vive con una ilusión tremenda. Yo he jugado muchos años al fútbol pero Hendrik ha preferido el rugby.

Yo también empecé con el rugby en su día; otros niños lo hicieron por el fútbol. Al final, es encontrar un deporte que te guste, pero lo más importe es pasártelo bien y divertirte, si tú vas a un sitio donde te diviertes, quieres volver, y eso es lo que se intenta en la escuela. La primera premisa que tienen los entrenadores, al ser un deporte de contacto, es la seguridad del niño/a y la segunda es que se diviertan, que se lo pasen bien, que disfruten y que tengan ganas de volver. Eso nos aportará que el niño no deje el deporte, que quiera aprender, que traiga amigos…, por lo que al club también le va bien.