Por Silvia García
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Qué sería de nosotros sin los “por si acaso”? Lo repetimos tantas veces y en tantas situaciones…,” voy a coger la chaqueta por si acaso”, ”meto el bikini en la maleta por si acaso”, ” me llevo el paraguas por si acaso”, “Llámame por si acaso”…
Fijaos en una cosa: todo lo decimos como una medida de precaución por si algo ocurriera o algo pudiéramos necesitar. Hasta aquí comprensible todo, pero ¿qué pintan aquí las moscas? Ese bichito, digámosle insecto, con el don de molestar sin cansarse. Pues, obviamente, el significado del “por si las moscas” es idéntico al del ”por si acaso”.
Lo que yo voy a contaros es por qué nombramos a las moscas en lugar de un elefante, por ejemplo. Hay dos teorías que nos explican de dónde proviene la expresión. La primera de ellas guarda un trasfondo gastronómico y/o higiénico. Antiguamente se tapaba la comida recién preparada o los alimentos que se tenían por la cocina (no había neveras, claro) para evitar que los insectos, atraídos por el olor, se posaran sobre ella o incluso se introdujeran en botes, ollas o cualquier otro recipiente con alimentos. El gran miedo de esto radicaba en que era sabido que estos insectos podían traer enfermedades y, de este modo, ser transmitidas al hombre. Por supuesto, el insecto que siempre estaba ahí eran las moscas, así que se tapaba “por si las moscas” venían. Debo decir que de esto de tapar la comida obtenemos también las famosas tapas que nos ponen con las cervecitas. Esa rebanadita de pan era ideal para colocar encima de la copa o vaso y evitar así la entrada de insectos. Bendito invento delicioso.
La segunda teoría para explicar la expresión guarda un poco más de carácter histórico y de leyenda, de hecho su origen está en la conocida como leyenda de San Narciso, el cual era obispo de la ciudad de Girona y de hecho es su actual patrón. Cuenta la leyenda que en el año 1286 las tropas de Felipe II de Borgoña asediaron la ciudad de Girona. Parte de esas tropas intentaron profanar la tumba del santo con la intención de hacer el máximo daño moral a la ciudad. Se dice que de su tumba salieron miles de moscas que atacaron a las tropas francesas y que forzaron su retirada de la ciudad, siendo así salvada del invasor. Se cuenta también que el motivo fue que esas moscas contagiaron la peste a muchos de los soldados y fallecieron a consecuencia de ello.
Desde aquel momento el “por si las moscas” se tomó como algo entre milagroso y temeroso. Algo que era mejor evitar. Como datos para añadir sobre el tal San Narciso, hay que decir que está enterrado en la Iglesia de San Félix en Girona. Por favor, que a nadie se le pase por la cabeza ir a abrir la tumba. Otro aspecto curioso es que su imagen aparece siempre representada con moscas volando a su alrededor debido a ese acontecimiento hecho leyenda.
Yo, por si las moscas, aquí lo dejo. No se os vaya a hacer demasiado larga la lectura.