8 de marzo. El día en el que las mujeres se volvieron guerreras

Y es que como dice la canción: “uhh ahh… las chicas son guerreras”.
Lo hemos sido siempre y todos los días. Y muchas veces no por deseo propio, sino porque la vida nos ha hecho serlo. Porque no siempre se nos han puesto las cosas fáciles pero no nos hemos rendido y hemos luchado sin cesar hasta ir consiguiendo cada vez un poco más (y lo que nos queda). El día de la mujer trabajadora de este 2018 ha sido absolutamente histórico. Ha sido verdaderamente emocionante ver las calles de todas las ciudades del país llenas de mujeres de diferentes generaciones pidiendo igualdad y reconocimiento.
A todas ellas (nosotras) va dedicado este artículo. Y también por aquellas que muchas décadas atrás deseaban dedicarse a lo que les gustaba pero no estaba bien visto que una mujer fuera abogada, doctora, actriz o cualquier otra cosa que no fuera fregar o cuidar a los niños en casa.
El día de la mujer trabajadora como tal se celebra desde el año 1911. Un año antes, en 1910, se celebraba en Copenhague la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, cuyo objetivo era promover la igualdad de derechos de las mujeres.
A petición de Clara Zetkin, una activista alemana se estableció este día en concreto.
Existen dos acontecimientos muy destacados por los cuales se eligió esta fecha y no otra.
No sabemos si sería cosa de la primavera, que la sangre altera, pero en dos 8 de marzo de diferentes años se produjeron dos huelgas de mujeres trabajadoras que pasarían a la historia.
La primera de ellas fue en el año 1857. Las trabajadoras textiles de la compañia Lower East Side, de Nueva York, cansadas de las pésimas condiciones laborales que padecían decidieron declararse en huelga y salieron a las calles de la ciudad a manifestarse demandando mejoras e igualdad. Tuvieron poca fortuna y sufrieron una fuerte represión policial que puso fin a su huelga.
El segundo 8 de marzo en el que las mujeres se declararon en huelga fue en el año 1908.
Unas 40.000 costureras industriales de muchas grandes fábricas de Estados Unidos se declararon en huelga en demanda de todos aquellos derechos que se les negaban. Una de estas fábricas declarada en huelga fue la Cotton Textil Factory de Nueva York. Los dueños de dicha fábrica cerraron puertas y ventanas con las mujeres en huelga dentro.
Pero la suerte quiso dar la espalda a estas valientes mujeres, ya que justo ese día se declaró un incendio en el edificio y al estar todo cerrado las mujeres no pudieron huir. Más de 120 trabajadoras fallecieron allí mientras luchaban por una vida mejor.
Ellas no lo consiguieron, pero gracias a ellas nosotras si tenemos muchos de esos derechos. A ellas se lo debemos, entre muchas otras, que continuaron y continúan la lucha.
Lucha por la igualdad. Que esto no se trata de ser superiores a los hombres, sino de que ambos tengamos derecho a unas condiciones de vida y trabajo dignas. Todos.