Xavi Martos (Castelldefels, 1964), preparador físico de Checo Pérez desde 2012

Xavi, en tu primera entrevista en La Voz del motor no hablamos nada.
No hablamos porque no entraba en mis planes. En esas fechas tenía en marcha el centro deportivo MocriSport en Barcelona, trabajaba con deportistas como Víctor Valdes, Beatriz Ferrer-Salat, Pablo Larrazábal, actores Gabino Diego, Jordi Mollà y otros artistas, y con empresarios importantes.

Nada de motor pero en 2011 llegas a la F1 como preparador físico de Vitaly Petrov en Lotus.
Me llamó Daniel Brotons, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina del Deporte, y me propuso ser preparador físico para Vitaly Petrov y me adelantó que se había cargado a cinco preparadores. Lo acepté y lo primero que me dijo Vitaly fue que al tercer fallo me echaba. Estuve esta temporada con Vitaly, todo fue muy bien. Vitaly tenía una presión enorme al ser el primer piloto ruso en F1 y representar a todo un país como Rusia.

Con Checo Pérez en 2012 como preparador físico.
Van seis años “fantásticos” con Checo Pérez, enorme como piloto y como persona. Era consciente de la responsabilidad que asumía en ese momento.

Se han iniciado los tests de entrenamiento en Montmeló pero el referente es el Gran Premio de Australia en Melbourne del 23 al 25 de marzo. Por delante, mucho trabajo técnico y físico.
Sin duda, todo el trabajo en equipo que realizan los técnicos y el trabajo físico que yo hago tienen ese referente: procurar que Checo Pérez y su coche lleguen en perfectas condiciones a esa cita.
Entrenamos día a día para estimular las capacidades cognitivas como la percepción, la atención, la memoria, el razonamiento y estar preparado para procesarlas en las situaciones extremas que se presentan en las carreras. El momento de la salida es tremendo. Piensa que, en carrera, Checo va a una velocidad media de 250 km y tiene que tener la mente limpia y fresca para atender todos los parámetros que le requiere el volante, llamadas de audio, coches delante y detrás, punto de frenada y de acelerar, el adelantamiento. En una carrera cambian de marcha unas 3.500 veces, en Montecarlo 8.500.

En la foto vemos a Checo con mi hijo Pol jugar a la Play que ayuda a mejorar las habilidades mentales fundamentales.
También entrenamos mucho la resistencia física y la cardiovascular, ya que en una carrera se pasa unas dos horas anclado al monoplaza, embutido en un traje ignífugo que no le permite sacar el calor a veces a temperaturas asfixiantes y en permanente tensión, además de sufrir cambios bruscos en las pulsaciones cardíacas.
Utilizamos mucho los baños de calor combinados con exigencias cognitivas.

Xavi, háblanos del Halo, esa pieza que vemos en la parte frontal del monoplaza.
Es un dispositivo de seguridad escogido este año por la FIA para proteger a los pilotos de cualquier impacto frontal o en caso de vuelco. No perjudica la visión del piloto pero antes el piloto salía del coche en 5 segundos y con el halo lo hace en 7 segundos.

Finalmente, cómo es un día de carrera en los boxes de Sahara Force India.
Por un lado, Checo se va mentalizando para la carrera visualizando el circuito, curvas, reza y, por otro, cada uno de los que formamos el equipo sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer, y de esto es consciente el piloto.

Gracias, Xavi, seguiremos las carreras y nos alegramos con los triunfos de Checo Pérez.