“En este Día Mundial de la Radio,
reconozcamos el poder de la radio
para promover el diálogo,
la tolerancia y la paz”.
António Guterres,
Secretario Gral. de Naciones Unidas
Mis primeros recuerdos sobre la radio me retrotraen a dos situaciones curiosas de mi infancia: en una de ellas, mi madre recrimina a mi padre que esté intentando sintonizar Radio Pirenaica y yo, curiosa por naturaleza, persiguiéndolo hasta su habitación para que me explicara por qué se tenía que esconder, mientras mi madre gritaba desde el pasillo “y si te cogen… ¡piensa en la niña!”. Nunca conseguí que mi padre me dejara compartir con él ningún momento de escucha de la radio clandestina que yo imaginaba en alguna cabaña en medio de los Pirineos, pero que supe años después que se emitía desde Moscú, primero, y desde Bucarest después.
La otra situación era mucho más lúdica y generaba menos conflicto familiar: escuchar, mientras cenábamos, “De España para los españoles”. Aunque ahora el nombre del programa chirríe, porque parece un eslogan de VOX, en los años 60 y 70, su conductora, la manresana María Matilde Almendros, dejaba claro en cada inicio el objetivo del mismo “un servicio de Radio Nacional de España en Barcelona dirigido a cuantos españoles nos sintonicen desde fuera de sus hogares”. En aquellas décadas en las que no había ni teléfono en la mayoría de las casas e Internet estaba en pañales en los despachos militares de USA, se leían emotivas cartas de emigrantes que estaban en Suiza, Alemania, Francia…, y desde el exilio económico o político les dedicaban canciones a sus seres queridos en fechas señaladas. Me gustaba fantasear con las vidas de esas personas que residían en ciudades lejanas y me conmovía pensando en la frustración por no poder compartir con su pareja e hijos momentos como un cumpleaños o el día de la primera comunión del alguno de los hijos o hijas, que en esa época era un momento muy señalado en la vida de cualquier familia.
Después vinieron programas que ya escogía en mi propio transistor y que escuchaba mientras estudiaba o realizaba las tareas de casa: musicales como los 40 principales y “El gran musical” o de información más general en Radio Manresa. También recuerdo la recuperación de la Ràdio Associació de Catalunya (RAC) y la irrupción de nuevas cadenas generales y musicales durante los 80 como Radio Minuto.
En la actualidad, la radio sigue siendo mi medio de comunicación favorito al iniciar el día y también al acabarlo: me informa y también me entretiene…, y ahora con los podcasts y las posibilidades online puedo disfrutar de sus contenidos en cualquier momento, sobre todo en las noches en las que el desagradable “señor insomnio” hace su aparición. Por fortuna, en la vida real, el video no mató a la estrella de la radio.