Para la mayoría de nosotros el acto de la masticación es un hábito inconsciente y automático, metemos la comida en la boca y mientras masticamos ya cogemos el siguiente pedazo de comida…, casi sin masticar ni saborear. No olvidemos que no solo importa lo que comemos, sino cómo lo hacemos.
Debemos tomar conciencia, hacer este acto menos automático. Vale la pena ser muy consciente del acto de masticar, algo que no hacemos si mientras comemos vemos la televisión o consultamos el móvil, ya que la digestión empieza en la boca, con el proceso de masticación y salivación.
El intestino, mediante un correcto equilibrio de la flora intestinal (microbiota), es la base del sistema inmunológico y al comer rápido y casi sin masticar, sometemos al aparato digestivo a un sobreesfuerzo que puede ser perjudicial. Al tragar trozos más grandes, las enzimas digestivas no pueden realizar correctamente su función, lo que afecta directamente a otros órganos e impide la correcta absorción de los nutrientes, que al no sintetizarse, pueden convertirse en sustancias tóxicas.
Tomarse el tiempo adecuado para comer y masticar bien los alimentos logra una disminución de la ingesta, una mejor absorción de nutrientes, la regulación del apetito y una mayor saciedad. Por tanto, contribuye a controlar el peso corporal y, además, si comemos lentamente, nuestro cuerpo recibe en mejores condiciones los alimentos, favoreciendo el proceso digestivo y la prevención de molestias posteriores.
Algunos consejos para masticar bien los alimentos:
●Intenta evitar las distracciones. Come sentado y sin tele ni móvil y si estás acompañado, conversa.
●Presta atención a lo que estás comiendo, disfruta de la comida.
●Usa el tenedor y el cuchillo: Suéltalos entre bocado y bocado, colocándolos al lado del plato. Este simple gesto te ayudará a disfrutar más de la comida, ya que podrás centrar más la atención en la boca, dándote cuenta del placer que supone cada uno de los bocados que ingieres.
●Toma bocados pequeños y mastícalos mucho.
●”Escucha” a tu estómago: ¿De verdad notas una sensación de vacío, de hambre? ¿O notas que las ansias por comer se concentran más en tu boca que en el estómago?
Distinguir entre una cosa u otra te ayudará a comer sin prisa.
En resumen, comer debe ser un placer y no una rutina rápida. Comer despacio, disfrutando de los alimentos y masticando bien, es un hábito muy saludable que ayuda al organismo a sentirse mejor y a prevenir algunos problemas de salud, junto con una dieta saludable.
Prueba el reto de comer despacio.
Emma GONZÁLEZ
TERAPEUTA NUTRICIONAL
www.terapeutanutricional.com