Cómo tener relaciones sexuales con coronavirus

Por: Mónica Dosil

Las relaciones de pareja durante el coronavirus se han visto afectadas, tanto para bien, como para mal. En el caso de las parejas que viven juntas, un 24% ha incrementado su actividad sexual, según un estudio de Doctoralia, incluso aún más que antes del coronavirus. El estudio de Doctoralia concluye que, debido al confinamiento, cuatro de cada diez españoles con pareja han experimentado cambios en su vida sexual. De los que así lo confirman, el 62% indica que tiene menos relaciones, mientras que un 14%, directamente, ha acordado con su cónyuge evitar las relaciones sexuales. Ahora bien, las personas que no viven con sus parejas han pasado por momentos complicados motivados por la distancia. El problema mayor lo tienen aquellas personas que tienen múltiples parejas o encuentros puntuales, hasta ese punto la COVID19 ha afectado la vida de las personas, que ha llegado a extinguir este tipo de relaciones. Volver a la vida de antes no es factible en el corto plazo o, por lo menos, hasta que se desarrolle la vacuna definitiva contra el virus. Mientras tanto, el sexo tras el coronavirus se intuye muy diferente a lo acostumbrado.

LAS RELACIONES SEXUALES VAN A LA BAJA COMO WALL STREET

Esta es la principal conclusión durante la crisis de la COVID-19 y tras el final del proceso. La incógnita aparece sobre el futuro cercano, especialmente ahora que se ha desencadenado la desconfianza entre las relaciones de pareja.

A medida que el coronavirus se ha propagado en el mundo, la manera en que las personas tienen relaciones sexuales se ha transformado drásticamente. A juzgar por las publicaciones en redes sociales, muchos anhelan la intimidad, mientras que otros experimentan un bajo deseo sexual, por el estrés y la ansiedad.
Según el psicólogo social Justin Lehmiller, quien investiga en el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana este tema, la pandemia afecta la vida sexual de maneras muy opuestas. “En los datos, hay dos extremos. Más personas que dicen estar masturbándose y tener más relaciones sexuales; pero también un mayor porcentaje que afirma no tener ninguna intimidad en absoluto”. Sorprende en estas conclusiones que crece más el número de quienes tienen cada vez menos sexo en cuarentena.
El sexo en la nueva normalidad también es diferente porque en su práctica también hay que adoptar medidas de precaución. Dejando aparte los aspectos relativos a la promiscuidad con parejas cuyo estado de salud no esté controlado, se deben limitar los besos con lengua y evitar posturas sexuales cara a cara.
El peligro de los besos viene por la gran concentración de virus encontrada en la saliva, y también que aunque las parejas que convivan pueden tener sexo, es conveniente prestar atención a la proximidad cara a cara, dado que uno puede ser asintomático. También que es recomendable evitar el sexo oral, que es desaconsejable en caso de que alguno de los participantes esté contagiado o con síntomas.

El sexo en estos tiempos, donde el coronavirus pasea a sus anchas.

Aunque la medicina todavía desconoce muchos aspectos sobre el coronavirus, sí que parece probado que los efectos de la infección en la salud son tanto más graves cuanto más débil y frágil se halle el sistema inmunitario. En esto, el sexo puede representar una gran ayuda, ya que, según el estudio elaborado por los científicos del Instituto Kinsey (EEUU), la práctica sexual determina una mayor fortaleza de la capacidad inmunitaria, un factor crucial en los tiempos del coronavirus. No obstante, la cercanía física que exigen las relaciones íntimas implica que los miembros de la pareja deban asegurarse de que ninguno de los dos es portador del virus, ya que, de no tener en cuenta esta prevención, podrían estar favoreciendo la transmisión de la enfermedad. Si hemos de atenernos a los argumentos de los expertos, mantener relaciones sexuales constituye una práctica recomendable a la hora de afrontar con mayores garantías de salud la actual emergencia sanitaria de la Covid-19. Y ello es así por varias razones: un motivo es que cuando se experimenta un orgasmo, o se mantiene un vínculo sexual gratificante, se libera en nuestro cuerpo una sustancia denominada dopamina que, a su vez, es la causante directa de la producción de una hormona llamada oxitocina, considerada, como la ‘hormona de la felicidad’.
Con sexo nos sentimos más felices y, en consecuencia, somos menos vulnerables a enfermedades, contagios y dolores.
Y otra razón importante es que la práctica sexual, en cada una de sus formas y modalidades, estimula el bienestar psicológico y emocional, y fomenta el equilibrio personal a todos los niveles, como ponen de manifiesto también los numerosos estudios llevados a cabo al respecto.

¿CÓMO SERÁN LAS RELACIONES DE PAREJA POSTCORONAVIRUS?

Las relaciones sexuales esporádicas tienen un futuro poco alentador. Las futuras nuevas parejas se encuentran en cierto riesgo, las redes de contactos aumentan su tráfico, pero cuando llega el momento de conocerse y de consolidar el encuentro con una relación sexual, aparecen multitud de incógnitas por resolver y aún es imposible prever como va a reaccionar la población frente a tal situación.
La evolución del virus en próximas cepas, así como la falta de vacuna efectiva para su control, va a generar un cambio importante en los hábitos de comportamiento sexual especialmente entre el grupo de población que no tenia pareja estable. Existe un miedo al posible contagio y tendrá como efecto que disminuya el interés en buscar nuevas parejas sexuales. Esto afectará a un grupo numeroso de la población, que aún no queda bien definido, porque es una situación que no ha ocurrido y, por tanto, no ha podido evaluarse estadísticamente. Otro grupo de población que hasta el momento ha elegido un estilo de relación sexual más arriesgada, porque ya venia teniendo una serie de conductas menos seguras, como practicar conductas sexuales sin la profilaxis adecuada, es posible que siga promocionando contactos sexuales sin medidas preventivas. Lo que ocurre en este sector es que tiene y tendrá menos abanico donde elegir, porque no todos los candidatos anteriores van a estar predispuestos a una relación sexual esporádica y de riesgo evidente.

¿CUÁL ES EL FUTURO DE LA SEXUALIDAD?

Ha sido un reto para la intimidad el mantener relaciones sexuales en pleno aislamiento, menos mal que las nuevas tecnologías se han mostrado disponibles. Quizás el telesexo se quedará entre nosotros de forma adaptativa para combinarse con el presencial, igual que el teletrabajo. Para el telesexo, que se presenta como la opción más lógica y fiable, habrán de incorporarse una serie de precauciones que preserven la intimidad.
Es recomendable en este momento histórico probar y explorar nuevas herramientas para conectar.
En Occidente se venía construyendo un nuevo espejismo en relación con la salud: la idea de que podemos controlar nuestra salud y nuestro futuro. La idea de que si comes bien y haces los ejercicios adecuados, el cuerpo será inquebrantable. La pandemia te devuelve de un plumazo a la realidad; no importa lo que hagas, un contagio produce un riesgo total.

Ser muy prudente es la única opción con sentido.