«La papiroflexia y la poesía se parecen: las dos expanden (multiplicándola ad infinitum) el alma que doblegan: la del lector, la del papel. Felipe Sérvulo toma la primera para agrandar la segunda y echa a volar, sobre el cielo limpio de la lírica, un poemario de factura sintética, oriental, por momentos zen. Dividido en tres partes, afectiva, neuronal, literariamente complementarias Ayer por la mañana, Tokio es un dragón que canta, Narita, Terminal I, el poeta deshilacha cincuenta y nueve poemas lacrados con un epílogo (la campana de Myooshin-ji) que son, sin paliativos, una elegía inequívoca a su nieto Takumi: aleph y epicentro de su querencia; la médula espinal de hasta la fecha su último poemario publicado, dejémoslo claro: un GPS sensorial inexorable para orientarse en (la delicia es suya) el orden que tiene la belleza del dolor.» Dice de él Daniel Izquierdo.
Y Lázaro Covadlo lo define:
«Felipe Sérvulo sabe nombrar. Si alguna cualidad es importante en un poeta, esta es la de saber nombrar el mundo. Sérvulo sabe nombrar los pensamientos más profundos, los instantes dotados de mayor magia, el aroma de los sentimientos. Felipe Sérvulo es un nombrador. Es decir: un poeta.
En los años en que aparecen versificadores que sueltan palabras sin sustancia, la presencia de un creador auténtico, alguien que sabe precisar los nombres y dirigirlos a un destino cierto y único (como el arquero que clava sus flechas en el centro exacto de la diana) es motivo de dicha. Felipe Sérvulo dota a las palabras de sentido. Las une con infalible maestría.
«Intento conectar las palabras, / pero hay alguna que se resiste. / Digamos, / que no se deja utilizar por mí, / sencillamente me confunde.» (Capítulo primero “Ayer por la mañana”). Pero él es utilizado por las palabras. Porque es un verdadero poeta. Un nombrador.»
El poemario se puede pedir en cualquier librería de España o directamente a «Los Libros de la Frontera», colección EL BARDO. Dicha editorial es una de las más prestigiosas y antiguas de España, se inició en 1964, bajo la dirección de José Batlló, con la publicación de «La linterna sorda» de Gabriel Celaya. Autores como Gimferrer, Vazquez Montalban, Espriu, Pere Quart, Blas de Otero, J.A, Goytisolo, Ángel González y muchos más, han publicado en esta colección.
Las nuevas tendencias en el mundo de la edición obligadas por la crisis que no cesa, hace que la venta preferente sea vía Internet. Se pide y en pocos días llega el libro a su destino. Los ciudadanos de Castelldefels podéis encontrarlo directamente en LA PAPERERIA, de la calle Llibertat, 26. También puede pedirse con dedicatoria del autor en:
distribuidoramilgrullas@gmail.com