Alimentando el miedo

Durante todo el verano he ido recibiendo por las diferentes redes sociales en las que estoy activa, y también desde diversos medios de comunicación, muchas noticias alarmantes sobre la “okupación” de pisos y casas cuando los propietarios se marchan de vacaciones, de fin de semana o incluso a comprar.

Así que, como soy curiosa por naturaleza, me puse a buscar información sobre el fenómeno “okupa” y los datos de denuncias, y he conseguido aclarar conceptos y comprender mucho mejor lo que está ocurriendo. Y vayamos por algunas definiciones cruciales: una cosa es el allanamiento de morada –que es lo que ocurre cuando cualquier persona entra en tu casa de primera o de segunda residencia sin permiso; es un delito grave y la policía y la justicia actúan de manera rápida-, y otra cosa es la usurpación –cuando alguien ocupa una vivienda deshabitada que no es primera o segunda residencia, y que generalmente suele estar en manos de bancos o de fondos buitres-. Los datos que he contrastado indican que cuando se dan informaciones sobre “okupaciones”, son usurpaciones, no allanamientos de morada. Es decir, que no ocurre, repito, no ocurre, lo que comentan esos memes alarmantes de que “te vas a realizar la compra al hipermercado y cuando vuelves tienes a dos familias en tu casa a las que no puedes echar de ninguna manera posible”. Y, por cierto, del año pasado a este, según datos consultados, las denuncias por usurpaciones no han aumentado y solo el 13% de están realizadas por mafias. La gran mayoría de este fenómeno, el 87%, lo protagonizan familias, con la ayuda de familiares y amistades, que no tienen un techo en el que cobijarse.

También he podido comprobar que al requerir información en buscadores de Internet sobre el tema, me he pasado bastantes días recibiendo anuncios de empresas de seguridad, de alarmas y hasta de grupos organizados de “desokupadores”. Es decir, que parece que hay también un negocio importante detrás de la generación de este pánico infundado. Tampoco se pueden obviar las declaraciones de determinados políticos conservadores y de extrema derecha a los que les interesa inocular ese miedo para después darnos la solución con más control, más policía y menos libertades.
Quizás el foco tendría que ponerse en la causa por la cual una familia se ve empujada a usurpar un piso – teniendo en cuenta que España tiene una de las tasas de alquiler social más baja de toda Europa-, y no tanto en asustarnos a la ciudadanía con informaciones inexactas o incluso con mentiras, lo que ahora se denominan “fake news”. Y acabo con un tuit muy rotundo y clarificador del magistrado Joaquim Bosch (@JoaquimBoschGra): “285 sentencias de condena por allanamiento de morada al año (menos de una al día). La gran mayoría derivan de conflictos familiares o rupturas de pareja. Estadísticamente, es más probable que nos maten en la calle a que entren ocupas en nuestro domicilio”.