Hace cincuenta y dos años

Supongo que ya os he comentado en otras ocasiones que vine a vivir a Castelldefels con mi familia el día del Pilar de 1968, ahora hará cincuenta y dos años, algo ha llovido desde entonces. La población en esa fecha sería de unos 11.000 habitantes, entre 1960 y 1970 pasó de 4.000 a 13.000 aproximadamente. Nada que ver con los 67.000 actuales.
Cuando vinimos, fuimos a vivir a la calle Viriato mientras acababan el piso de la calle Iglesia, enfrente de la lavandería Cano, ya desaparecida. Para ir a comprar a veces había que desplazarse bastante lejos. No había supermercados en cada esquina como ahora.
La leche la comprábamos al Sr. Antonio y la Sra. Teresa, que tenían una vaquería en la calle Mayor enfrente de la plaza del mismo nombre. Escuchabas mugir las vacas mientras te servía la leche la Antonyeta. Había otra vaquería en Can Baixeres, a veces íbamos cuando mi padre trabajaba cerca de allí, en la Avda. Diagonal donde ahora hay una farmacia.
Otro lugar al que íbamos a comprar comida era el mercadillo El Porvenir, situado al final de la Avda. Constitución pegando al Kais. Lo que más recuerdo eran las paradas de pescado Aracil, según entrabas, y cómo despellejaban los conejos en otra parada colgándolos de las patas. Eso no me gustaba verlo.
Para ir a comprar ropa mi madre iba a la tienda de la señora Luisa, que estaba en la actual Llibreria Canillo, recuerdo que había que bajar unos escalones en la entrada para llegar al mostrador. Por allí recuerdo que estaban también los almacenes El Carmen, me parece, y enfrente una tienda que se llamaba La Moda, donde ahora está el Freddy.
El bloque donde fuimos a vivir estaba aislado y parecía una espadaña que se llevaría el viento. Lo más cercano era un bloque pequeño donde estaba la tienda de olivas de la Carmen y las pinturas de los hermanos Navas. Cuando edificaron más en esas manzanas ya hubo más cosas: una droguería, los muebles Serrano, la panadería Rodríguez, la tienda de ropa del Sr. Franquesa, etc.
Desde el comedor de mi casa podía verse la Plaza Juan XXIII, todo lo de enfrente era un descampado donde jugábamos a fútbol. En la calle Juan de la Cierva no había casi bloques, solo la casa de la actual Mercería Nuri y creo que el bar Almería, luego ya fueron haciendo más bloques.
En la calle Iglesia había muy pocas cosas a partir de la Avda. Manuel Girona, el almacén donde trabajaba mi padre en los años setenta que ya no existe. Solo queda un ciprés muy alto que ahora han rodeado de hierba para que no le molesten los coches aparcados. Al lado pusieron un desguace que se llamaba El ciprés, precisamente. Ahora ya son todo edificios.
Yo iba al colegio a la Academia Castelldefels junto a los bloques de La Rocalla, ese trozo de calle de Tomás Edison se mantiene casi igual. Lo mismo ocurre con un trocito de la calle Mayor al lado de la plaza. Espero que os haya gustado este paseo por el Castelldefels de hace cincuenta y dos años.