Recuerdos del cine Metropol que está en riesgo de desaparecer
El emblemático Cine Metropol de la ciudad ha tenido que cerrar su actividad. Activos desde 1950 (antes como Cine Playa) y en su ubicación actual desde 1978, son la empresa cultural privada más antigua de la ciudad. Ahora se ven obligados a bajar la persiana. No nos podemos permitir perder un activo de tanto valor por Castelldefels.
La crisis por la Covidien-19 ha sido, sin duda, la estocada final por los propietarios. Las grandes corporaciones apuestan cada vez más por las grandes producciones, quedando el cine de autor relegado a espacios más pequeños. Como nos recuerda el gran Stellan Skarsgard en una reciente entrevista en El Periódico: “Hay un tipo de cine que no se puede perder porque perderíamos todos”.
Es por eso que pedimos al Ayuntamiento de Castelldefels haga un esfuerzo para salvar este espacio. Mediante su compra y haciendo de este espacio un equipamiento cultural por el barrio, haciendo espacio también a disposición de las entidades del municipio. Existen modelos interesantes, como las iniciativas de voluntariado de Sant Feliu de Llobregat (Cinebaix) o el modelo cooperativista de zumbido (Santos). Para mantener viva la cultura en estos momentos de crisis es esencial que las instituciones públicas apuesten por ella.
Además una operación con muchas ventajas económicas y se paga por sí misma. Castelldefels tiene la oportunidad de adquirir patrimonio con la compra del cine Metropol. Permitirá trasladar la edificabilidad de este terreno a otro zona de la ciudad, preservando el Metropol al tiempo que permite construir vivienda en otra zona. Una oportunidad que si no aprovechamos como ciudad, aprovechará un promotor privado derribando el cine. Las ventajas superan claramente los inconvenientes.
Albert Perlas
Para los que no lo vivieron, vale la pena empezar recordando que el Cine Playa, donde muchos pasamos muchas horas muchas noches de verano durante nuestra adolescencia, era un cine al aire libre que estaba en el Paseo Marítimo 216-218, muy cerca de la Av. dels Banys. Era un cine de verano y de reestreno. En él se veían películas que hacía tiempo ya habían sido estrenadas en Barcelona. A menudo, incluso varios años antes.
Estaba gestionado por la familia Roura, que lo tenía alquilado. En Castelldefels, en los años sesenta, había además otros cines al aire libre, como el Montecarlo (hoy desaparecido), que se techó a finales de los años sesenta y que quedaba en la esquina entre las calles Libertad y la Avda. 300. Otro era el Cine ‘Pineda’ (donde ahora encontramos el Cine ‘Metropol’ en la Rambla de Marisol, 23), que era gestionado por Inocencio Trinidad Martínez.
Como la propietaria del solar del Cine Playa lo quería vender y el propietario del Pineda traspasar, dado que era deficitario, finalmente la familia Roura dejó el Cine Playa, que cerró por ello, y empezó a gestionar el Cine Pineda, que en 1998 pasó a denominarse ‘Metropol’ una vez se techó el mismo.
Alfonso López Borgoñoz
Desde el primer momento “el Metropol” se especializó en un tipo de cine alternativo: cine independiente americano, cine europeo, español, australiano, iberoamericano, canadiense y asiático.
Es la ÚNICA sala del Baix Llobregat con este tipo de programación y si hasta ahora ha sobrevivido a sido, en gran parte, por el esfuerzo y amor que le ponen sus propietarios, Cinema Paradiso está en el ADN de ellos.
Dispone de dos magnificas salas de 112 y 222 butacas respectivamente y muchas veces me acerco a él sin saber exactamente que película voy a ver, porque sé que en su oferta habrá algo que me interese.
Felipe Sérvulo
Diciembre 2012
El milagro del Metropol
Los amantes del buen cine tenemos un pequeño templo en la ciudad que deberíamos frecuentar con más asiduidad. Siempre que las circunstancias me lo permiten, me acerco hasta el Cine Metropol y me deleito con sumo gusto con una de sus películas. La cartelera es diseñada con mimo; con el mismo cariño, la misma dedicación que se adivina en la mirada limpia y verdadera de sus propietarios. En este pequeño recinto cultural, de arquitectura moderna pero con las “tripas” llenas de historia, no se impone la dictadura comercial que llega de Hollywood. En el Metropol no hay grandes ni sonados estrenos; y tampoco sus butacas se llenan de restos de chuches o palomitas porque no se proyectan películas infantiles al uso. Es decir, el Metropol es otra cosa.
Lo que sucede allí, en ese rincón de Castelldefels, con esos pequeños y humildes artesanos de la industria cultural es un gran milagro. El milagro más emocionante, el más estimulante, el que más me llena de orgullo como ciudadano con raíces en esta tierra. En sus taquillas no hay grandes acumulaciones, las recaudaciones a duras penas deben servir para cubrir los gastos de apertura; pero ahí sigue, en pie, con una familia al frente que gestiona desde hace muchos años las únicas salas “de cine independiente europeo” en toda la comarca del Baix Llobregat. Además, colaborando estrechamente con los prestigiosos cines Verdi de Barcelona para la proyección de películas en versión original, al menos dos veces al mes.
Ojalá los nuevos tiempos no nos arrebaten nunca este pequeño deleite para el paladar cinematográfico.
Gregorio Benítez
Enero de 2013