Buceando en la página del Arxiu Municipal he encontrado una recopilación de artículos de Ernesto Baquer sobre nuestro pueblo durante el siglo XIX. Su autor nació en Huesca en 1935 y era maestro y fue sacerdote. Se fue a Uruguay con 25 años y volvió a España en los años 70. Decidió establecerse en Castelldefels y fue concejal de cultura en los años 80. Cuando se jubiló se fue a Uruguay de nuevo y reside allí según me ha comentado un amigo mío que le conoció bastante.
Empecé a leer los artículos y me parecieron sumamente interesantes, ya que hablan sobre todo de la vida cotidiana de la gente del pueblo. Dado que los artículos –que fueron publicados en El Butlletí de Castelldefels de 1985 a 1987- suman unas treinta páginas hablaré de lo que más me ha gustado.
Empieza recogiendo el testimonio de unos excursionistas que pasaron por Castelldefels el 8 de mayo de 1886. Llegaron hasta Gavà en tren y hasta Castelldefels caminando. Hablan de las masías con las torres de defensa adosadas. Subieron al castillo por un camino flanqueado por tomillo, romero, retamas, pinos, algarrobos y olivos. Fueron al cementerio (que estaba en muy mal estado) y a la iglesia. Después visitaron el castillo y tuvieron miedo de que se les cayera algo encima. Fueron a casa del párroco y no encontraron a nadie y después se fueron a la carretera de Gavà atravesando las pocas casas que tenía el pueblo.
En el siguiente artículo se estudia la población. Castelldefels en el año 1787 tenía 576 habitantes, en el 1857 eran 385 y en el 1887 eran 270. Mientras nuestro pueblo pierde población a lo largo de todo el siglo XIX Sant Boi, El Prat, Viladecans y Gavà la aumentan. En nuestro caso la zona pantanosa de la Marina y sus mosquitos producían fiebres en la población y las muertes son superiores a los nacimientos. Según Jaume Codina, historiador de El Prat, la esperanza de vida es de una media de 30 años.
Solía hacer de maestro a finales de siglo el Secretario del Ayuntamiento, ya que había muy pocos alumnos. Las ocupaciones de los hombres en aquel tiempo se dividían en un 10 por ciento labradores propietarios, un 15 labradores arrendatarios, un 60 jornaleros agrícolas y un 15 oficios varios: pescadores, pastores y comerciantes.
La mayor parte de la gente vivía en los alrededores de la plaza Mayor y el resto en la playa y en masías aisladas.
Nuestro pueblo era eminentemente agrícola en el siglo XIX como tantos otros. En 1852 aparte de toda la zona yerma de la montaña se cultivaba la vid, bosques para leña, cereales, algarrobos y, en menos cantidad, olivos, frutales y huertas. En la zona cercana al mar se plantaban cereales y pinos para fijar las dunas, en la zona desde el Camí Ral hacia la montaña viñas, algarrobos y olivos. La zona del Camí Ral hasta el mar había estado ocupada por éste hasta hace unos 2.000 años. De ahí la diferencia en el suelo y los tipos de cultivo.
El mes que viene seguiremos estudiando estos textos.