JESÚS SÁNCHEZ PAJARES
Benalúa de Guadix, 3 de enero de 1940
Castelldefels, 22 de junio de 2007
Hijo de Jesús y de María de los Ángeles, nació en el seno de una familia humilde, formada por tres hermanas y dos hermanos, siendo él el mediano, y que se dedicada al cultivo de tierras y la cría de animales, de propiedad ajena.
Desde muy joven, trabajó en el campo de “sol a sol” y, además, aprendió a leer, a escribir y a “hacer cuentas” en la escuela nocturna de su pueblo y en su propia casa, hasta altas horas de la noche, a la luz de un candil de petróleo que ni apenas se podía entonces permitir.
Como muchos otros vecinos de su pueblo, se vio obligado a tener que emigrar de Granada a Barcelona, para “ganarse la vida” como operario en las fábricas catalanas. Primero, en la empresa Rocalla de Castelldefels, donde conoció a la que fue su inseparable compañera y esposa de toda su vida, Eugenia, con la que tuvo tres hijos, para continuar y terminar su vida laboral en la empresa Roca de Gavà. Siempre tuvo el deseo de haber podido cursar estudios de Derecho en su principal empeño de poder ayudar a las personas más desfavorecidas y, con ello, poder mejorar las condiciones de vida de sus vecinos y conciudadanos. Todo lo que aprendió, lo aprendió en la “escuela de la vida”, y lo utilizó en ese firme propósito suyo de aportar su particular grano de arena para, entre todas y todos, conseguir una sociedad más justa, más solidaria, más igualitaria, y con su singular y característica forma de luchar, siempre desde la reivindicación basada en los argumentos, seguir creando y mejorando cada día el lugar ideal donde crecer y vivir: desde Castelldefels al resto del mundo.
Como militante del Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), sirvió a sus conciudadanas y conciudadanos parte de un mandato como concejal en el Ayuntamiento de Castelldefels. Como afiliado al sindicato Comisions Obreres (CCOO), defendió los intereses de sus compañeras y compañeros y luchó junto a ellas y a ellos durante muchos años como delegado sindical especializado en Seguridad e Higiene en el Trabajo, exigiendo en su empresa y en el sector industrial de la comarca del Baix Llobregat, el cumplimiento y el respeto de unas condiciones mínimas y dignas de trabajo. Su entrega y su implicación en esta causa fueron tales que le comportó incluso ser perseguido, privado de libertad y encarcelado, ser despedido de manera totalmente injusta e ilegal y, finalmente, ser readmitido en su puesto de trabajo en la empresa Roca de Gavà a raíz de la conocida y durísima “Huelga de los 90 días”.
Pero, muy especialmente, como cofundador y ocupando diversos cargos de responsabilidad durante más de 25 años de la “Asociación Vecinal del barrio de Vista Alegre” (AVVVA), entre ellos el de Presidente, dedicó mucho de su tiempo y esfuerzos a mejorar la calidad de vida de sus vecinas y vecinos, mejorando continuamente las condiciones de este barrio tan especial, tan singular y tan carismático de Castelldefels, como él mismo lo fue.
Su frase predilecta, su eslogan que tanto y tan bien se aplicaba él a sí mismo en su día a día, y que le definía como persona, no es otro que…
“LA MEJOR MANERA DE HABLAR ES HACER”.
Convocó su última reunión el último domingo de aquella primavera, asistiendo la familia más cercana y directa. Se trataba de comunicar y confirmar su deseo de no seguir luchando más contra aquella inoportuna y maldita enfermedad (ELA) que se interpuso en su camino y le impidió poder seguir siendo él mismo durante mucho más tiempo. Su última decisión fue la de su muerte. Nos dejó la madrugada del primer día de aquel verano.
La Asociación de Vecinos de Vista Alegre ofreció suspender la verbena de San Juan debido a su fallecimiento. La verbena se llevó a cabo como estaba prevista, con un doble sentimiento de alegría y de pesar. Es lo que Pajares habría deseado: que su ausencia no fuera un obstáculo para que sus vecinas y vecinos pudieran seguir reivindicando sus necesidades, seguir gozando de la vida, seguir compartiendo momentos y experiencias vitales especiales que conducen a la consecución del primero y principal objetivo de nuestras vidas:
LA FELICIDAD.
Jesús Sánchez Pajares consiguió ser feliz viendo felices a muchas personas a su alrededor, haciendo lo que hizo y viviendo como vivió.